En el 2003, le grabé con una videocámara a un amigo su
boda en Pastrana, en pleno corazón de la Alcarria. La joven novia, que en paz descanse, hoy ya no está con
nosotros los mortales fue llevada al altar ya enferma y sabiendo que poco
tiempo le quedaba. No pude editarles la pequeña cinta de 8mm.- con fundidos,
retoques, cabeceras, rótulos o créditos, se las regalé en estado bruto, pero si
me dio tiempo a visionar lo grabado de su ceremonia. Fui lo más objetivo en mi
labor de registrarlo todo y lo más subjetivo en mi mirada como persona y artista. Recuerdo que cuando llegó
la novia al altar enfoqué un primer plano de su rostro. En aquel momento que la
grabé no lo ví, solo recibía mi ojo imágenes por el objetivo cuidando que todo saliera bien. Pero cuando
visioné por vez primera lo grabado en el monitor de mi ordenador, lo vi. Nunca
he visto más felicidad en un rostro de una persona que en ella. Y nunca he
vuelto a ver tanta belleza de felicidad en un rostro desde entonces.
martes, 5 de agosto de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
UN MOTIVO MAS
Para visitar la iglesia de Santa María de la Encarnación en
Vélez-Málaga
"La anunciación de María" por Muñoz Anglada
Acto de inauguración de la exposición fotográfica "La Mirada Santa" en la iglesia de Santa María
El pasado día 9 de mayo de 2014
tuvo lugar en esta antigua iglesia de la capital de la Axarquía, la
inauguración de la exposición de fotografías titulada “la Mirada Santa” a cargo
del grupo al cual pertenezco: Colectivo de Fotografía Contemporánea de la
Axarquía, Enfoques. Con un año y medio de vida y pionera en nuestra comarca en
aunar artistas de la imagen digital en un colectivo registrado por la Junta de
Andalucía.
El acto presentado por el alcalde
D. Francisco Bonilla, el presidente de la Cofradía D. Antonio Ferrer Moreno, el
director del museo D. José Luis Ramos Heredia y el presidente del colectivo
Enfoques D. Esteban Díaz Azua, estuvo arropada por numeroso público de diversos
ámbitos como cofrades, artistas y vecinos que tuvieron la deferencia de asistir
y disfrutar, no solo de la exposición y el museo, sino además de las
impresionantes vistas que ofrece su consagrado atrio.
Iglesia de Santa María de la Encarnación de Vélez-Málaga
Si bien es verdad que subir a
esta elevada cota de la ciudad, donde se sitúa una de las más importantes
iglesia mudéjar de la comarca de Málaga, ya es difícil, pero el esfuerzo tanto
de la concejalía de turismo como de este
equipo de gobierno por fomentar el que
ha sido el primer museo de la ciudad dedicado a la Semana Santa, está dando sus
frutos con cifras que hacen posible que el número de visitantes este creciendo
cada día mas.
Sus gruesas y antiguas paredes, además de aclimatar de
manera natural sus amplios espacios, hoy guardan los enceres que han adornado
toda la iconografía de nuestra Gran Semana Santa veleña. Pero también exhibe
las tallas, retablo y exiguas reliquias de lo que se pudo salvar de esta sufrida
iglesia del siglo XV de expolios, incendios, terremotos y una guerra civil. Pero por contra, ha sido
testigos de celebraciones, misas, refugio y hasta hace poco ha tenido a bien de
verse restaurada por completo.
"La anunciación de María" por Jose Muñoz Anglada en la exposición del 2013 "El Arte Ausente" Claustro de San Francisco
Entre sus egregias decoraciones,
encontramos un magno cuadro que embellece la cruceta izquierda o la pared
suroeste del transepto. Para los más de 500 años de este templo, es un cuadro de
reciente adquisición, pero para la efímera vida de nosotros ya tiene más de medio siglo. Se trata de La Anunciación de María, pintado por José Muñoz Anglada (Vélez-Málaga 17 de enero
de 1914- Barcelona 5 de junio de 1965) y realizado muy probablemente por la
década de los 50. La ultima vez que la vi, fue en la muy acertada exposición que
reunía las obras de todos los artistas ya desaparecidos de nuestra comarca. El
titulo también muy acertado fue “El Arte Ausente” y su
ubicación fue el marco incomparable del claustro de San Francisco en el
mismo corazón de Vélez un 24 de enero del 2013. Por ello, volverlo a ver aunque
fuera en su enclave original no deja de ser una grata contemplación.
En la imagen del cuadro puede verse dos
planos, donde en el superior lo conforma una nube densa de donde vuelan angelitos
al estilo de Murillo y desde su ecuador hasta su base, lo componen el ángel San
Gabriel y la Virgen María, ambos de rodillas y la virgen con el apoyo de un
reclinatorio. De manera peculiar, la virgen a sus pies se encuentra un canasto
de ropa recién lavada y doblada. Destacar también, como en su centro lo preside
una paloma como espíritu santo. La paleta de Muñoz Anglada es muy colorida; incluso con el paso de los años no ha perdido ápice de su saturación y esa
ausencia de contrastes barrocos hace más moderna su interpretación al igual que
lo diluido de su pintura, casi aprovechando el reflejo níveo del lienzo con la
ausencia de bases, muy característica de los impresionistas franceses tan de
moda por estos años.
Por ello, la simple gesta de
visitar esta joya de nuestro patrimonio artístico-cultural puede convertirse en
un encuentro de pequeñas, pero al mismo tiempo grandes historias de nuestra
ciudad.
miércoles, 21 de mayo de 2014
MIS OBRAS EN EL MUSEO DEL PRADO
Mi carpeta original de comic en la década de los 80
Hace tiempo que busco entre mis
papeles, dos billetes de tren y algún que otro folletillo, como único recuerdo
físico de mi primer viaje a Madrid. Pero, son tantas cosas las que guardo, que
se me hace imposible como en esta ocasión, encontrarlo. Así que tendré que
comenzar a narrarlo sin poder, por ahora, datar con más exactitud aquella fecha
de principios de los 80. Nunca antes había visitado tantos sitios de Madrid a
golpe de taxis y de excursiones en autobús que ofrecía el hostal donde nos hospedábamos mi madre y yo. Por
aquel entonces, además de pintar cuadros y dibujar, me aficioné como cualquier niño al comic, a
diferencia de que además de leerlos, yo también los dibujaba. Tenía una carpeta
gruesa de iconoclasta estilos, de completas e inacabadas historias, narradas en
viñetas que hablaban en globos y bocadillos y coloreadas con rotuladores,
acuarelas y lápices de colores. Cuando mi madre me dió la sorpresa de que
íbamos a pasar una semana en Madrid, no pude dejar de pensar en la oportunidad
de presentar mis comics en alguna que otra
editorial de la capital. Consulté en una pesada y amarilla guía de teléfonos de
Madrid, de un locutorio público de mi ciudad de Vélez-Málaga. La única editorial
que por entonces conocía era Bruguera y anotando su dirección, pregunté a mi
madre si podíamos pasar por allí para presentar mis trabajos, a lo cual
evidentemente, me dijo que sí. Y de este modo, me vi viajando en tren a Madrid
cargado de mi equipaje, además de una comercial bolsa del Corte Ingles donde
portaba mi personal carpeta de comics.
Imágenes de la película "El Gran Vázquez" de 2010. La editorial Bruguera en los 60
Hace poco que he visto una
película española llamada “El Gran Vázquez” del 2010, donde cuenta la
vida del dibujante de historietas Manuel Vázquez, más conocido por el autor de
Anacleto el agente secreto o la familia Cebolleta. Pero paralelamente, nos
mostraba el metraje los entresijos de la Editorial Bruguera, en una ambientada
Barcelona de los años 60. Si aquel niño que ilusionado viajaba a Madrid con su
carpeta en sus brazos, hubiera podido ver esta película actual, posiblemente no
hubiera cargado con sus dibujos en el tren. No solo porque la editorial
Bruguera se encontraba en Barcelona, sino porque todo ese universo que emanaba
sus historietas del botones Sacarino, de Mortadelo y Filemón, Rompetechos y demás coloridos personajes,
se realizaban desde un pequeño estudio
gris, por unos pocos y mal pagados historietistas de mediana edad.
De izquierda a derecha de arriba a bajo: Palacio Real, la Casita del Principe, El Museo de cera, El Escorial, El Templo de Debod y El Retiro
Ya en Madrid, disfruté viéndolo
todo durante los días que estuvimos allí, desde el Palacio Real a la Casita del
Príncipe, desde el Museo de Cera al Templo de Debod, desde el Escorial al
Retiro. Varios días los pasamos en la casa de una amiga de mi madre muy
posiblemente el fin de semana, con lo que salí con su hijo mayor que me enseñó
zonas más castizas y donde tomamos algún que otro refresco. Incluso me acuerdo de la
película que vi con él en el cine: “Aterriza como puedas”. Pero del día que
mejor me acuerdo, fue cuando decidimos ir una mañana a la editorial Bruguera
con mis dibujos. Después de un gran paseo por la ciudad, el taxista llegó a un
edificio grande donde sus bajos se asemejaban a una gran nave donde por fin
entramos. Era todo un gran almacén de distribución. Me acuerdo que los
operarios que movían y descargaban grandes embalajes de revistas y libros nos
miraban con curiosidad. Algunos sobrentendían el equívoco al verme con una
carpeta. Un señor nos explicó que la Editorial Bruguera estaba en Barcelona y
que en Madrid solo estaba un edificio de distribución.
Tampoco fue muy desilusionante,
estaba abriendo los ojos en una semana preciosa en la capital de España y aquella misma mañana nos
fuimos a visitar el Museo de El Prado. Fue la primera vez que entré en esta
maravillosa pinacoteca. Me acuerdo de pasar una considerable cola con mi madre,
pero ya en la recepción de seguridad, antes de que pudiéramos entrar del todo,
un conserje se nos acercó a nosotros y dirigiéndose a mí me dijo: “Deja que te
guarde esa carpeta, estarás más cómodo en la visita” Mirando la conformidad de
mi madre, accedí a hacerlo y vi cómo me guardaba mis dibujos en una dependencias
privadas que tenía este señor de uniforme en el museo. Ni que decir tiene que
cualquier visita, sea de larga o de corta duración a este Museo, no llegará nunca a
recorrer todas sus estancias, salas y pasillos con el respeto que hay que predisponer para su mejor contemplación, pero fue mi primer contacto con obras y artistas clásicos que hasta entonces solo había
visto reproducidas en libros. Al finalizar nuestra visita, volvimos a recepción
donde muy amablemente el conserje me devolvió mi carpeta.
Fue un precioso viaje que tuve en
mi niñez y solo con el tiempo me di cuenta que durante unas horas, mis humildes
dibujos de comic habían estado en unas dependencias del Museo del Prado de
Madrid.
domingo, 10 de noviembre de 2013
EL AMANECER DEL CINE
Hoy vuelvo a ver, después de
tantos años, esa película que siempre deja ese grato recuerdo cuando la contemplé
por vez primera. Y al volverla a ver, confirma lo grande que es el cine y lo
maravillosa que son sus películas. Da igual que se rodara en 1927, como si es
en blanco y negro y además es adorablemente muda. “AMANECER” (Sunrise) de F. W.
Murnau, fue una de las últimas películas
mudas, porque ese mismo año se estrenaría “El Cantor de jazz” la primera película
sonara de la Historia de cine. Paradójicamente, han tenido que pasar más de 80
años para que con las nuevas tecnologías se vuelvan a hacer películas mudas
como “The Artist” (2011) o la producción española “Blancanieves” (2012). Hacer
un comentario de esta película, AMANECER, me resulta muy difícil porque el corazón
se antepone a la razón para escribir algo coherente a los sentimientos que
afloran cuando se visiona sus emotivas imágenes y el estado de gracia con las
interpretaciones de sus personajes. En el apartado técnico, es magistral como
el lenguaje del cine derrocha aquí toda su magia para contarnos esa maravillosa
historia. Por ello. al igual que la película, me he centrado en hacer un panel gráfico,
solo de imágenes y prescindir de construir
una crítica sobre ella. Y además, centrándome en mi escena favorita, el estudio
del fotógrafo, esa guardilla de tejados de cristal, como el primer estudio de
cine de la historia de Star Film de Mélies de 1896. Como bien dijo Alfred
Hitchcock “el verdadero cine, se acabó con
el sonido”.
Javier Navarta
domingo, 13 de octubre de 2013
EL MEJOR FINAL
Vuelvo a repasar aquellos
preciosos capítulos que dejaron un buen recuerdo y no hay nada como ver de
nuevo la renuncia de Ahsoka en el Consejo Jedi después de haber sido acusada
injustamente. Y desde luego, no hay nada como deleitarse por la facturación tan
inspirada que tiene ese maravilloso final a las puertas del templo con su
maestro Anakin. Es el único capítulo que funde en negro al cerrarse y sobre
todo el único capitulo que está acompañada de una orquesta completa en su
banda sonora y todo gracias al propio bolsillo del director musical Kevin Kiner.
Hacía tiempo que no veía un final tan
bello como este, desde que vi El Tercer
Hombre del director amigo de Orson Welles,
Carol Reed y que todo buen cinéfilo sabe que no era más que un mano a
mano amistoso. Como muchos críticos opinan, el Arte de hacer cine ha pasado
ahora a la televisión y es en esta, donde pulcras series compiten en calidad
con las mejores películas de la historia del cine.
No es el caso del universo expandido de Star
Wars; Georges, no hace más que saber dónde seguir amasando dinero, pero eso no
quita que haya sido un innovador y que
la calidad este siempre presente en sus productos, sea creando desde un
principio la Industrial Light & Magic o adquiriendo los más sofisticados
softwere para estar siempre emergente en las realizaciones de sus obras. De
hecho, es una serie relativamente joven y no muy extensa, que ha preferido
saber retirarse a tiempo. Pero, es en esta serie, donde se crea una evolución a
mejor a medida que los episodios pasan y
no solo argumentalmente sino en su realización artística. Incluso hay un cambio
tonal a colores más diluidos en los últimos capítulos, especialmente en la 5º
temporada que dan una referencia a dar paso, como si una cortinilla se tratara,
a su nueva serie Rebels. Ni Constantino Romero podría imaginar de donde viene
tanta amargura del mejor villano del cine de todos los tiempos. Ser un esclavo
de niño, en un proscrito planeta llamado Tatooine y pensar que todo mujer bella
es un ángel, inicia en la joven vida de
Skywalker un sendero oscuro de desgracias y tormentos que forjaran su alma más profunda, plagada como nadie de midiclorianos. Pero ni la muerte de su madre o el asesinato de su mujer Padme, ni la abnegación
de su mejor amigo Kenobi, supera la perdida de la confianza de su mejor discípula
Ahsoka Tano.
Javier Navarta
viernes, 20 de septiembre de 2013
VIAJE A TOKIO, EL ESPACIO VACIO
A finales de los años 60 mi
abuela Carmen viajó a Holanda para ayudar a mis tíos que trabajaban allí. De
sus dos viajes trajo algunas cosas que heredó con el tiempo mi madre y más
tarde heredé yo. Entre ellas está esta
delicada figura de una anciana y una niña japonesa que actualmente preside mi
biblioteca. Siempre me he preguntado que representaba e incluso me preguntaba si estaba
accidentalmente inconclusa o faltaba
algo. ¿Le estaba acicalando el pelo? Pero en sus manos no parecía que faltara
ningún peine o cinta. ¿Sujetaba un parasol o palio? Pero sus manos cerradas no
presentaban ningún orificio o gancho para este añadido supuestamente perdido.
Figura japonesa y a la derecha imagen de la película "Cuentos de Tokio" de 1953.
Un día, mirando listas de las mejores
películas de la historia del cine, llamó mi atención el título “Cuentos de Tokio” (Tokio Story) de 1953, y
comprendí la imagen de mi figura
japonesa. La encantadora nuera de los ancianos protagonistas, le hacía a su
suegra un masaje en la espalda. Ni que decir tiene que me fascinó la película
de este soberbio director, perfeccionista: Yasujiro Ozu (1903-1963). Pero si
algo me llegó al alma, fue su tumba, situada en el templo de Enga Kuji en la
ciudad de Kamakura. En ella no hay ninguna inscripción de su nombre, ni fecha,
ni datos afines a él. Solo un carácter de la escritura japonesa llamado “mu”. “Mu”
expresa el vacío, la nada, la ausencia, pero “la nada” como un componente
integral que armoniza la naturaleza. En la estética Zen, “mu” se utiliza para
designar el espacio vacío que queda entre las flores de los arreglos. En el
budismo Zen, en la meditación, una mente en blanco o vacía, es esencial para
alcanzar la claridad y hacer que la ideas fluyan. En la arquitectura
tradicional japonesa y en el Bauhaus
también, el espacio como el valor más
importante y la delimitación de la líneas como la frontera con las realidades.
Tumba de Yasujiro Ozu
domingo, 25 de agosto de 2013
LA SOCIEDAD EN TRES PELÍCULAS
Desde pequeño he tenido la suerte
de ver cine y estrenos importantes, con asidua frecuencia, en Málaga capital,
pero tampoco desmerece las salas que tenía en mi comarca y así tanto en los
cines de verano de Torre del Mar como en
los cines de Vélez-Málaga, he visto muchas y buenas películas. Hoy parece que
quieren ahorrar luz y que te rompas la crisma antes de que comience la película
en la pantalla, con esas salas a oscuras en la tienes que encender el móvil
para localizar tu asiento. En el cine más bonito que ha tenido Vélez-Málaga, el
cine Lope de Vega, además de amplio y confortable cuidaba muchos detalles que
hoy se han perdido. Me acuerdo que después de abrir con la mano que te quedaba
libre la pesada puerta de ojos de buey ,
pues tu otra mano sujetaba el refresco con las palomitas, apartabas la tupida y
gruesa cortina para ver iluminado el
magno espacio de butacas. Pero sobre todo, lo que me parecía muy interesante y
acertado era que durante esos minutos de espera te pusieran un hilo musical de
bandas sonoras de películas, tales como de los maestros Mancini, Rota, pero muy
especialmente el tema “More (Ti guarderó
nel cuore)”. Por aquel entonces no conocía ni el título ni la película a la que
pertenecía.
Hace poco, en el 2012, se estrenó
la película con 4 nominaciones a los Oscar y un largo etcétera de premios en
Festivales internacionales: “Bestias del
sur salvaje” y volví a recordar el viejo y precioso tema de Riz Ortolani y
Nino Oliveiro para la película documental de 1962 “Mundo Cane”, pues en cierto modo hablaban de esa visión crítica y
desencantada de ver la sociedad. Los años han pasado por ella, para unos peor y
para otros lustrándola de culto. Cierto que peca de tomas muy cuidadas que
hacen comprender su evidente puesta de escena, pero eso es como decir que Velázquez
estuvo en la Rendición de Breda para plasmar su obra. Para mí, el resultado es
lo que vale y desde luego fue una pica en Flandes en la evolución de los
documentales. Este tipo de ejercicio directivo con el documental, tuvo gran
influencia en películas que tomando el testigo de analizar la sociedad antropológicamente optan por hacerlo con más humor, como en el film semi-documental de 1980
“Los dioses deben estar locos”.
ESTE PERRO MUNDO. 1962
Suele ocurrir con este tipo de
películas, que se adelantan a su tiempo y muestran una innovación inusual a lo
acostumbrado en el publico llano y más cuando es chocante y cruda alguna de sus
escenas, que el rechazo inicial lo tenga
ganado. Yo le llamo “el síndrome de apocalypto”. Esta película dirigida
por Mel Gibson en el 2006 tiene un mal trago en su primer visionado. Me acuerdo
que la deseché por completo de mis intereses cinéfilos por lo mal que lo pasé
viéndola por vez primera. Pero fortuitos visionados casuales por la televisión,
amortiguaron poco a poco esas crudas
escenas que rozaban el gore y pude contemplar una de las películas con un gran
sentido del ritmo y un acercamiento muy original al mundo precolombino y la
llegada de los conquistadores a las américas. Ahora vacunado de esas
descarnadas escenas, se ha convertido de hecho en una de mis favoritas películas
de la que he tenido que descubrir a partir de un segundo y tercer visionado. De
hecho, otra película de este australiano director: “La pasión de Cristo”, aun
no la he podido ver, ante los comentarios de crudeza que advierten que tienen y
nunca veo el momento de pasar un mal
rato para verla.
Asi, “Este perro mundo”, para un
principio de década de los 60, y que aun el planeta político lo veíamos a
través de las enciclopedias que teníamos en casa, pues la globalización a la
que ya estamos acostumbrado no existía, la retrospectiva de viajar a lugares recónditos del mundo donde la cultura,
folclore y costumbres radicalizaban de extremo a extremo con la nuestra. Aun así,
el montaje de esta, que deja mucho que desear, alternaba escenas salvajes con
las denominadas “civilizadas” de nuestra
sociedad occidental. La matanza de los cerdos, me recordó mucho una escena de
los sacrificios de bueyes en la película de Francis Ford Coppola “Apocalyse
Now” de 1977. De hecho, quiero comentar que estos indígenas de Nueva Guinea, no
son tan salvajes como lo pintan e incluso se ve claramente por sus adornos
fuera de lugar como camisetas deportivas y gafas de sol, que tienen y han
tenido contacto con los hombres occidentales ya en aquellos años. Hace poco
rodaron un precioso documental de National Geographic en tres capítulos de producción francesa que se
llama “Una tribu en Francia” (Reverse exploration) por el 2009 al 2010
aproximadamente y narra cómo dos nativos
de Papua que no conocen el mundo occidental, son invitados a conocer ciudades y
pueblos de Francia con el choque cultural que les supone viajar en avión, en
coche o ver la televisión en un hotel por ejemplo.
Documental de National Geographic "Una tribu en Francia" (The Reverse exploration)
Por último, como colofón
final de la película “Este perro mundo” y no por ello desentraño ni desvelo
ninguna trama, los guionistas hacen de nuevo del contraste de cultura en las
escenas finales. Los nativos pasan sus horas admirando desde las cercas
valladas, el despegue y aterrizaje de aviones de un aeropuerto. También el
hombre occidental hace de este espectáculo técnico un ocio contemplativo como
Ricardo Darín en “Un cuento Chino”(2011). Por ultimo vemos como la tribu
construye de ramas, papeles y hojas un avión casi a escala y de cañas y cuerda
una precaria torre de control que por la noche la iluminan con antorchas. Hace
poco, el preámbulo de la película “Star Trek XII: En la oscuridad”(2013) narra
lo que los personajes definen como: ”prohibido intervenir en otras culturas” y
como la inevitable casuística, harán de la figura de la nave Enterprise, una
iconografía para adorar los indígenas primitivos del remoto planeta.
La escena de arriba de la película: "Star Trek, en la oscuridad"(2013), los nativos de un planeta después de ver la nave Enterprise, la dibujan en el suelo para idolatrarla. En la escena de abajo del documental "Este perro mundo"(1962) Los nativos despues de ver el despegue y el aterrizaje de aviones en el aerpuerto, construyen precariamente maquetas para idolatrarla
BESTIAS DEL SUR SALVAJE. 2012
En este film, vuelve a utilizar
el contraste entre lo civilizado y lo salvaje, como modo de conocernos los
humanos, como individuos que aun perteneciendo a una sociedad, es nuestro
planeta el que nos reclama como suyo. Pero, si en las anteriores, era el mundo
civilizado occidental frente a tribus aun primitivas de nuestro planeta, en la
película “Bestias del Sur Salvaje” son los habitantes de ciudades desarrolladas
los que reniegan de estos avances y vuelven a vivir de una forma más primitiva.
En las tres películas, en unas más que otras, hay como una base documental que poco a poco se va convirtiendo en historia
narrativa. De hecho, “Este perro mundo” nunca acaba de ser una historia, son
pequeñas historias, ni siquiera con un orden, no es más que sucesivas imágenes
de cada rincón del mundo y sin abandonar el lenguaje documental. En “Los dioses deben estar locos” se inicia
como documental, terminando y centrándose con una historia y “Bestias del sur
salvaje” se intuye una base documental subyacente que se atisba en las explicaciones
de la improvisada profesora de la isla, contando entre realidad y ficción el
deshielo del polo sur, pero desde un principio hasta el final de la película el
peso es la historia es de Hashpuppy, la
niña protagonista. E incluso deja de ser historia para convertirse en sucesivos
momentos de ficción. Cuando las personas deciden libremente desprenderse de
todo lazo social y abraza la naturaleza como hábitat, me recuerda a la película
“Hacia rutas salvajes” del 2007 y como la sociedad “civilizada”, obliga al
“desertor” que vuelva a la colmena o a la comunidad establecida. Como
referencia la ciencia-ficción de los años 70 nos ofreció una película que
narraba este concepto: “La fuga de Logan” (1976). La sociedad futura aislada en
ciudades enormes, encerradas en cúpulas, se abstraían con el confort y el ocio
de la verdadera naturaleza de nuestro planeta, creyéndose autosuficientes. Otro
referente es la película de Peter Weir “La costa de los mosquitos” (1986), donde una
familia guiada por un padre inventor de artilugios de autosuficiencia y
supervivencia, convence a su familia a abandonar la vida de la ciudad para
establecer la vida en una isla remota.
Hashpuppy, la niña protagonista
crea su propio universo, a partir de los mitos y pseudo-historias de la improvisada
escuela, al igual que Max cuando crea su propio universo de quimeras en la
película “Donde viven los monstruos” (2009). La historia no es más que como
alcanza la madurez de una niña que aún necesita a su madre, que aún necesita
abrazos y por fin, con la ayuda de todos es capaz de vivir por ella misma en
este mundo.
LOS DIOSES DEBEN ESTAR LOCOS, 1980
El preámbulo de esta película,
parece el inicio de un buen documental sociológico, pero tiene tanto ironía el
texto argumental, que desemboca a una película de comedia, eso sí, manteniendo
esa misma voz en off que la difumina por
igual toda la cinta. La sociedad de principios de 1980, es presentada como un
mal endémico que nos abstrae de la verdadera razón de nuestra naturaleza humana.
Cito textualmente como: “Aquí se encuentra el hombre civilizado
(refiriéndose a la ciudad que presenta la imagen). El hombre civilizado
normalmente se niega adaptarse a su medio y prefiere hacer que el medio se
adapte a él y así construye ciudades, carreteras, vehículos, maquinarias y
establece redes eléctricas para que puedan funcionar los inventos ingeniados
por él. Pero, de alguna manera, no supo detenerse a tiempo y cuanto más mejoró
el medio para hacer su vida más fácil, lo que consiguió fue convertirla en más
difícil. Y sentenció a sus hijos a pasar de 10 a 15 años en la escuela, solo
para aprender a sobrevivir en su complejo y azaroso hábitat. De forma que, el hombre civilizado que se
negó a adaptarse a su medio natural, ahora se encuentra que debe adaptarse y
readaptarse cada día y cada hora del día, a ese medio que creó”. Aquí,
entre otras imágenes ilustrativas de nuestra ciudad, está la del vecino que
coge el coche para acercarse a un buzón que hay a escasos 20 metros y depositar
una carta para terminar por dar marcha atrás con el vehículo, para de nuevo
aparcarlo en el porche de su casa. Ejemplo genial de lo aquejada de nuestra
sociedad civilizada y que siempre he guardado en mi memoria este sketch desde
que lo vi de joven. Esta reflexión, nos lleva a enlazarla con el argumento de
la película anterior “Bestias del sur salvajes”. Los 2 tercios restantes del
film “Los dioses deben estar locos” se centra la las vicisitudes que tiene un
pueblo africano con el encuentro azaroso de una botella vacía de Coca-Cola.
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