martes, 5 de agosto de 2014

LA IMAGEN DE LA FELICIDAD


En el 2003,  le grabé con una videocámara a un amigo su boda en Pastrana, en pleno corazón de la Alcarria. La joven novia,  que en paz descanse, hoy ya no está con nosotros los mortales fue llevada al altar ya enferma y sabiendo que poco tiempo le quedaba. No pude editarles la pequeña cinta de 8mm.- con fundidos, retoques, cabeceras, rótulos o créditos, se las regalé en estado bruto, pero si me dio tiempo a visionar lo grabado de su ceremonia. Fui lo más objetivo en mi labor de registrarlo todo y lo más subjetivo en mi mirada como  persona y artista. Recuerdo que cuando llegó la novia al altar enfoqué un primer plano de su rostro. En aquel momento que la grabé no lo ví, solo recibía mi ojo imágenes por el objetivo  cuidando que todo saliera bien. Pero cuando visioné por vez primera lo grabado en el monitor de mi ordenador, lo vi. Nunca he visto más felicidad en un rostro de una persona que en ella. Y nunca he vuelto a ver tanta belleza de felicidad en un rostro desde entonces.

viernes, 13 de junio de 2014

UN MOTIVO MAS

Para visitar la iglesia de Santa María de la Encarnación en Vélez-Málaga


"La anunciación de María" por Muñoz Anglada

Acto de inauguración de la exposición fotográfica "La Mirada Santa" en la iglesia de Santa María

El pasado día 9 de mayo de 2014 tuvo lugar en esta antigua iglesia de la capital de la Axarquía, la inauguración de la exposición de fotografías titulada “la Mirada Santa” a cargo del grupo al cual pertenezco: Colectivo de Fotografía Contemporánea de la Axarquía, Enfoques. Con un año y medio de vida y pionera en nuestra comarca en aunar artistas de la imagen digital en un  colectivo registrado por la Junta de Andalucía.
El acto presentado por el alcalde D. Francisco Bonilla, el presidente de la Cofradía D. Antonio Ferrer Moreno, el director del museo D. José Luis Ramos Heredia y el presidente del colectivo Enfoques D. Esteban Díaz Azua, estuvo arropada por numeroso público de diversos ámbitos como cofrades, artistas y vecinos que tuvieron la deferencia de asistir y disfrutar, no solo de la exposición y el museo, sino además de las impresionantes vistas que ofrece su consagrado atrio.

Iglesia de Santa María de la Encarnación de Vélez-Málaga

Si bien es verdad que subir a esta elevada cota de la ciudad, donde se sitúa una de las más importantes iglesia mudéjar de la comarca de Málaga, ya es difícil, pero el esfuerzo tanto de la concejalía de  turismo como de este equipo de gobierno  por fomentar el que ha sido el primer museo de la ciudad dedicado a la Semana Santa, está dando sus frutos con cifras que hacen posible que el número de visitantes este creciendo cada día mas.
Sus gruesas  y antiguas paredes, además de aclimatar de manera natural sus amplios espacios, hoy guardan los enceres que han adornado toda la iconografía de nuestra Gran Semana Santa veleña. Pero también exhibe las tallas, retablo y exiguas reliquias de lo que se pudo salvar de esta sufrida iglesia del siglo XV de expolios, incendios, terremotos  y una guerra civil. Pero por contra, ha sido testigos de celebraciones, misas, refugio y hasta hace poco ha tenido a bien de verse restaurada por completo.

"La anunciación de María" por Jose Muñoz Anglada en la exposición del 2013 "El Arte Ausente" Claustro de San Francisco
Entre sus egregias decoraciones, encontramos un magno cuadro que embellece la cruceta izquierda o la pared suroeste del transepto. Para los más de 500 años de este templo, es un cuadro de reciente adquisición, pero para la efímera vida de nosotros  ya tiene más de medio siglo. Se trata de La Anunciación de María, pintado por José Muñoz Anglada (Vélez-Málaga 17 de enero de 1914- Barcelona 5 de junio de 1965) y realizado muy probablemente por la década de los 50. La ultima vez que la vi, fue en la muy acertada exposición que reunía las obras de todos los artistas ya desaparecidos de nuestra comarca. El titulo también muy acertado fue “El Arte Ausente” y  su  ubicación fue el marco incomparable del claustro de San Francisco en el mismo corazón de Vélez un 24 de enero del 2013. Por ello, volverlo a ver aunque fuera en su enclave original no deja de ser una grata contemplación.
 En la imagen del cuadro puede verse dos planos, donde en el superior lo conforma una nube densa de donde vuelan angelitos al estilo de Murillo y desde su ecuador hasta su base, lo componen el ángel San Gabriel y la Virgen María, ambos de rodillas y la virgen con el apoyo de un reclinatorio. De manera peculiar, la virgen a sus pies se encuentra un canasto de ropa recién lavada y doblada. Destacar también, como en su centro lo preside una paloma como espíritu santo. La paleta de Muñoz Anglada es muy colorida; incluso con el paso de los años no ha perdido ápice de su saturación y esa ausencia de contrastes barrocos hace más moderna su interpretación al igual que lo diluido de su pintura, casi aprovechando el reflejo níveo del lienzo con la ausencia de bases, muy característica de los impresionistas franceses tan de moda por estos años.
Por ello, la simple gesta de visitar esta joya de nuestro patrimonio artístico-cultural puede convertirse en un encuentro de pequeñas, pero al mismo tiempo grandes historias de nuestra ciudad.


miércoles, 21 de mayo de 2014

MIS OBRAS EN EL MUSEO DEL PRADO


Mi carpeta original de comic en la década de los 80

Hace tiempo que busco entre mis papeles, dos billetes de tren y algún que otro folletillo, como único recuerdo físico de mi primer viaje a Madrid. Pero, son tantas cosas las que guardo, que se me hace imposible como en esta ocasión, encontrarlo. Así que tendré que comenzar a narrarlo sin poder, por ahora, datar con más exactitud aquella fecha de principios de los 80. Nunca antes había visitado tantos sitios de Madrid a golpe de taxis y de excursiones en autobús que ofrecía el hostal  donde nos hospedábamos mi madre y yo. Por aquel entonces, además de pintar cuadros y dibujar,  me aficioné como cualquier niño al comic, a diferencia de que además de leerlos, yo también los dibujaba. Tenía una carpeta gruesa de iconoclasta estilos, de completas e inacabadas historias, narradas en viñetas que hablaban en globos y bocadillos y coloreadas con rotuladores, acuarelas y lápices de colores. Cuando mi madre me dió la sorpresa de que íbamos a pasar una semana en Madrid, no pude dejar de pensar en la oportunidad de presentar mis comics en alguna que otra  editorial de la capital. Consulté en una pesada y amarilla guía de teléfonos de Madrid, de un locutorio público de mi ciudad de Vélez-Málaga. La única editorial que por entonces conocía era Bruguera y anotando su dirección, pregunté a mi madre si podíamos pasar por allí para presentar mis trabajos, a lo cual evidentemente, me dijo que sí. Y de este modo, me vi viajando en tren a Madrid cargado de mi equipaje, además de una comercial bolsa del Corte Ingles donde portaba mi personal carpeta de comics.

Imágenes de la película "El Gran Vázquez" de 2010. La editorial Bruguera en los 60

Hace poco que he visto una película española llamada “El Gran Vázquez” del 2010, donde cuenta la vida del dibujante de historietas Manuel Vázquez, más conocido por el autor de Anacleto el agente secreto o la familia Cebolleta. Pero paralelamente, nos mostraba el metraje los entresijos de la Editorial Bruguera, en una ambientada Barcelona de los años 60. Si aquel niño que ilusionado viajaba a Madrid con su carpeta en sus brazos, hubiera podido ver esta película actual, posiblemente no hubiera cargado con sus dibujos en el tren. No solo porque la editorial Bruguera se encontraba en Barcelona, sino porque todo ese universo que emanaba sus historietas del botones Sacarino, de Mortadelo y Filemón, Rompetechos y demás coloridos personajes,  se realizaban desde un pequeño estudio gris, por unos pocos y mal pagados historietistas de mediana edad.

De izquierda a derecha de arriba a bajo: Palacio Real, la Casita del Principe, El Museo de cera, El Escorial, El Templo de Debod y El Retiro

Ya en Madrid, disfruté viéndolo todo durante los días que estuvimos allí, desde el Palacio Real a la Casita del Príncipe, desde el Museo de Cera al Templo de Debod, desde el Escorial al Retiro. Varios días los pasamos en la casa de una amiga de mi madre muy posiblemente el fin de semana, con lo que salí con su hijo mayor que me enseñó zonas más castizas y donde tomamos algún que otro refresco. Incluso me acuerdo de la película que vi con él en el cine: “Aterriza como puedas”. Pero del día que mejor me acuerdo, fue cuando decidimos ir una mañana a la editorial Bruguera con mis dibujos. Después de un gran paseo por la ciudad, el taxista llegó a un edificio grande donde sus bajos se asemejaban a una gran nave donde por fin entramos. Era todo un gran almacén de distribución. Me acuerdo que los operarios que movían y descargaban grandes embalajes de revistas y libros nos miraban con curiosidad. Algunos sobrentendían el equívoco al verme con una carpeta. Un señor nos explicó que la Editorial Bruguera estaba en Barcelona y que en Madrid solo estaba un edificio de distribución.
Tampoco fue muy desilusionante, estaba abriendo los ojos en una semana preciosa en la  capital de España y aquella misma mañana nos fuimos a visitar el Museo de El Prado. Fue la primera vez que entré en esta maravillosa pinacoteca. Me acuerdo de pasar una considerable cola con mi madre, pero ya en la recepción de seguridad, antes de que pudiéramos entrar del todo, un conserje se nos acercó a nosotros y dirigiéndose a mí me dijo: “Deja que te guarde esa carpeta, estarás más cómodo en la visita” Mirando la conformidad de mi madre, accedí a hacerlo y vi cómo me guardaba mis dibujos en una dependencias privadas que tenía este señor de uniforme en el museo. Ni que decir tiene que cualquier visita, sea de larga o de corta duración a este Museo, no llegará nunca a recorrer todas sus estancias, salas y pasillos con el respeto que hay que predisponer para su mejor contemplación, pero fue mi primer contacto con obras y artistas clásicos que hasta entonces solo había visto reproducidas en libros. Al finalizar nuestra visita, volvimos a recepción donde muy amablemente el conserje me devolvió mi carpeta.

Fue un precioso viaje que tuve en mi niñez y solo con el tiempo me di cuenta que durante unas horas, mis humildes dibujos de comic habían estado en unas dependencias del Museo del Prado de Madrid.

domingo, 10 de noviembre de 2013

EL AMANECER DEL CINE

Hoy vuelvo a ver, después de tantos años, esa película que siempre deja ese grato recuerdo cuando la contemplé por vez primera. Y al volverla a ver, confirma lo grande que es el cine y lo maravillosa que son sus películas. Da igual que se rodara en 1927, como si es en blanco y negro y además es adorablemente muda. “AMANECER” (Sunrise) de F. W. Murnau, fue  una de las últimas películas mudas, porque ese mismo año se estrenaría “El Cantor de jazz” la primera película sonara de la Historia de cine. Paradójicamente, han tenido que pasar más de 80 años para que con las nuevas tecnologías se vuelvan a hacer películas mudas como “The Artist” (2011) o la producción española “Blancanieves” (2012). Hacer un comentario de esta película, AMANECER, me resulta muy difícil porque el corazón se antepone a la razón para escribir algo coherente a los sentimientos que afloran cuando se visiona sus emotivas imágenes y el estado de gracia con las interpretaciones de sus personajes. En el apartado técnico, es magistral como el lenguaje del cine derrocha aquí toda su magia para contarnos esa maravillosa historia. Por ello. al igual que la película, me he centrado en hacer un panel gráfico,  solo de imágenes y prescindir de construir una crítica sobre ella. Y además, centrándome en mi escena favorita, el estudio del fotógrafo, esa guardilla de tejados de cristal, como el primer estudio de cine de la historia de Star Film de Mélies de 1896. Como bien dijo Alfred Hitchcock  “el verdadero cine, se acabó con el sonido”.
Javier Navarta


domingo, 13 de octubre de 2013

EL MEJOR FINAL


Vuelvo a repasar aquellos preciosos capítulos que dejaron un buen recuerdo y no hay nada como ver de nuevo la renuncia de Ahsoka en el Consejo Jedi después de haber sido acusada injustamente. Y desde luego, no hay nada como deleitarse por la facturación tan inspirada que tiene ese maravilloso final a las puertas del templo con su maestro Anakin. Es el único capítulo que funde en negro al cerrarse y sobre todo el único capitulo que está acompañada de una orquesta completa en su banda sonora y todo gracias al propio bolsillo del director musical Kevin Kiner.  Hacía tiempo que no veía un final tan bello como este, desde que vi  El Tercer Hombre del director amigo de Orson Welles,  Carol Reed y que todo buen cinéfilo sabe que no era más que un mano a mano amistoso. Como muchos críticos opinan, el Arte de hacer cine ha pasado ahora a la televisión y es en esta, donde pulcras series compiten en calidad con las mejores películas de la historia del cine.


 No es el caso del universo expandido de Star Wars; Georges, no hace más que saber dónde seguir amasando dinero, pero eso no quita que haya sido un  innovador y que la calidad este siempre presente en sus productos, sea creando desde un principio la Industrial Light & Magic o adquiriendo los más sofisticados softwere para estar siempre emergente en las realizaciones de sus obras. De hecho, es una serie relativamente joven y no muy extensa, que ha preferido saber retirarse a tiempo. Pero, es en esta serie, donde se crea una evolución a mejor a medida que los episodios pasan  y no solo argumentalmente sino en su realización artística. Incluso hay un cambio tonal a colores más diluidos en los últimos capítulos, especialmente en la 5º temporada que dan una referencia a dar paso, como si una cortinilla se tratara, a su nueva serie Rebels. Ni Constantino Romero podría imaginar de donde viene tanta amargura del mejor villano del cine de todos los tiempos. Ser un esclavo de niño, en un proscrito planeta llamado Tatooine y pensar que todo mujer bella es un ángel,  inicia en la joven vida de Skywalker un sendero oscuro de desgracias y tormentos que forjaran su alma más profunda, plagada como nadie de midiclorianos. Pero ni la muerte de su madre o  el asesinato de su mujer Padme, ni la abnegación de su mejor amigo Kenobi, supera la perdida de la confianza de su mejor discípula Ahsoka Tano.
Javier Navarta

viernes, 20 de septiembre de 2013

VIAJE A TOKIO, EL ESPACIO VACIO

A finales de los años 60 mi abuela Carmen viajó a Holanda para ayudar a mis tíos que trabajaban allí. De sus dos viajes trajo algunas cosas que heredó con el tiempo mi madre y más tarde  heredé yo. Entre ellas está esta delicada figura de una anciana y una niña japonesa que actualmente preside mi biblioteca. Siempre me he preguntado que representaba  e incluso me preguntaba si estaba accidentalmente  inconclusa o faltaba algo. ¿Le estaba acicalando el pelo? Pero en sus manos no parecía que faltara ningún peine o cinta. ¿Sujetaba un parasol o palio? Pero sus manos cerradas no presentaban ningún orificio o gancho para este añadido supuestamente perdido.

Figura japonesa y a la derecha imagen de la película "Cuentos de Tokio" de 1953.

Un día, mirando listas de las mejores películas de la historia del cine, llamó mi atención el título  “Cuentos de Tokio” (Tokio Story) de 1953, y comprendí  la imagen de mi figura japonesa. La encantadora nuera de los ancianos protagonistas, le hacía a su suegra un masaje en la espalda. Ni que decir tiene que me fascinó la película de este soberbio director, perfeccionista: Yasujiro Ozu (1903-1963). Pero si algo me llegó al alma, fue su tumba, situada en el templo de Enga Kuji en la ciudad de Kamakura. En ella no hay ninguna inscripción de su nombre, ni fecha, ni datos afines a él. Solo un carácter de la escritura japonesa llamado “mu”. “Mu” expresa el vacío, la nada, la ausencia, pero “la nada” como un componente integral que armoniza la naturaleza. En la estética Zen, “mu” se utiliza para designar el espacio vacío que queda entre las flores de los arreglos. En el budismo Zen, en la meditación, una mente en blanco o vacía, es esencial para alcanzar la claridad y hacer que la ideas fluyan. En la arquitectura tradicional japonesa  y en el Bauhaus también,  el espacio como el valor más importante y la delimitación de la líneas como la frontera con las realidades.

Tumba de Yasujiro Ozu 

domingo, 25 de agosto de 2013

LA SOCIEDAD EN TRES PELÍCULAS


Desde pequeño he tenido la suerte de ver cine y estrenos importantes, con asidua frecuencia, en Málaga capital, pero tampoco desmerece las salas que tenía en mi comarca y así tanto en los cines de verano  de Torre del Mar como en los cines de Vélez-Málaga, he visto muchas y buenas películas. Hoy parece que quieren ahorrar luz y que te rompas la crisma antes de que comience la película en la pantalla, con esas salas a oscuras en la tienes que encender el móvil para localizar tu asiento. En el cine más bonito que ha tenido Vélez-Málaga, el cine Lope de Vega, además de amplio y confortable cuidaba muchos detalles que hoy se han perdido. Me acuerdo que después de abrir con la mano que te quedaba libre la pesada  puerta de ojos de buey , pues tu otra mano sujetaba el refresco con las palomitas, apartabas la tupida y gruesa  cortina para ver iluminado el magno espacio de butacas. Pero sobre todo, lo que me parecía muy interesante y acertado era que durante esos minutos de espera te pusieran un hilo musical de bandas sonoras de películas, tales como de los maestros Mancini, Rota, pero muy especialmente  el tema “More (Ti guarderó nel cuore)”. Por aquel entonces no conocía ni el título ni la película a la que pertenecía.

Hace poco, en el 2012, se estrenó la película con 4 nominaciones a los Oscar y un largo etcétera de premios en Festivales internacionales: “Bestias del sur salvaje” y volví a recordar el viejo y precioso tema de Riz Ortolani y Nino Oliveiro para la película documental de 1962 “Mundo Cane”, pues en cierto modo hablaban de esa visión crítica y desencantada de ver la sociedad. Los años han pasado por ella, para unos peor y para otros lustrándola de culto. Cierto que peca de tomas muy cuidadas que hacen comprender su evidente puesta de escena, pero eso es como decir que Velázquez estuvo en la Rendición de Breda para plasmar su obra. Para mí, el resultado es lo que vale y desde luego fue una pica en Flandes en la evolución de los documentales. Este tipo de ejercicio directivo con el documental, tuvo gran influencia en películas que tomando el testigo de analizar la sociedad antropológicamente optan por hacerlo con más humor, como en el film semi-documental de 1980 “Los dioses deben estar locos”.


ESTE  PERRO MUNDO. 1962

Suele ocurrir con este tipo de películas, que se adelantan a su tiempo y muestran una innovación inusual a lo acostumbrado en el publico llano y más cuando es chocante y cruda alguna de sus escenas, que el rechazo inicial lo tenga  ganado. Yo le llamo “el síndrome de apocalypto”. Esta película dirigida por Mel Gibson en el 2006 tiene un mal trago en su primer visionado. Me acuerdo que la deseché por completo de mis intereses cinéfilos por lo mal que lo pasé viéndola por vez primera. Pero fortuitos visionados casuales por la televisión, amortiguaron poco a poco esas  crudas escenas que rozaban el gore y pude contemplar una de las películas con un gran sentido del ritmo y un acercamiento muy original al mundo precolombino y la llegada de los conquistadores a las américas. Ahora vacunado de esas descarnadas escenas, se ha convertido de hecho en una de mis favoritas películas de la que he tenido que descubrir a partir de un segundo y tercer visionado. De hecho, otra película de este australiano director: “La pasión de Cristo”, aun no la he podido ver, ante los comentarios de crudeza que advierten que tienen y  nunca veo el momento de pasar un mal rato para verla. 
Asi, “Este perro mundo”, para un principio de década de los 60, y que aun el planeta político lo veíamos a través de las enciclopedias que teníamos en casa, pues la globalización a la que ya estamos acostumbrado no existía, la retrospectiva de viajar a  lugares recónditos del mundo donde la cultura, folclore y costumbres radicalizaban de extremo a extremo con la nuestra. Aun así, el montaje de esta, que deja mucho que desear, alternaba escenas salvajes con las denominadas “civilizadas”  de nuestra sociedad occidental. La matanza de los cerdos, me recordó mucho una escena de los sacrificios de bueyes en la película de Francis Ford Coppola “Apocalyse Now” de 1977. De hecho, quiero comentar que estos indígenas de Nueva Guinea, no son tan salvajes como lo pintan e incluso se ve claramente por sus adornos fuera de lugar como camisetas deportivas y gafas de sol, que tienen y han tenido contacto con los hombres occidentales ya en aquellos años. Hace poco rodaron un precioso documental de National Geographic en  tres capítulos de producción francesa que se llama “Una tribu en Francia” (Reverse exploration) por el 2009 al 2010 aproximadamente y narra  cómo dos nativos de Papua que no conocen el mundo occidental, son invitados a conocer ciudades y pueblos de Francia con el choque cultural que les supone viajar en avión, en coche o ver la televisión en un hotel por ejemplo.
Documental de National Geographic "Una tribu en Francia" (The Reverse exploration)
 Por último, como colofón final de la película “Este perro mundo” y no por ello desentraño ni desvelo ninguna trama, los guionistas hacen de nuevo del contraste de cultura en las escenas finales. Los nativos pasan sus horas admirando desde las cercas valladas, el despegue y aterrizaje de aviones de un aeropuerto. También el hombre occidental hace de este espectáculo técnico un ocio contemplativo como Ricardo Darín en “Un cuento Chino”(2011). Por ultimo vemos como la tribu construye de ramas, papeles y hojas un avión casi a escala y de cañas y cuerda una precaria torre de control que por la noche la iluminan con antorchas. Hace poco, el preámbulo de la película “Star Trek XII: En la oscuridad”(2013) narra lo que los personajes definen como: ”prohibido intervenir en otras culturas” y como la inevitable casuística, harán de la figura de la nave Enterprise, una iconografía para adorar los indígenas primitivos del remoto planeta.
La escena de arriba de la película: "Star Trek, en la oscuridad"(2013), los nativos de un planeta después de ver la nave Enterprise, la dibujan en el suelo para idolatrarla. En la escena de abajo del documental "Este perro mundo"(1962) Los nativos despues de ver el despegue y el aterrizaje de aviones en el aerpuerto, construyen precariamente maquetas para idolatrarla

BESTIAS DEL SUR SALVAJE. 2012

En este film, vuelve a utilizar el contraste entre lo civilizado y lo salvaje, como modo de conocernos los humanos, como individuos que aun perteneciendo a una sociedad, es nuestro planeta el que nos reclama como suyo. Pero, si en las anteriores, era el mundo civilizado occidental frente a tribus aun primitivas de nuestro planeta, en la película “Bestias del Sur Salvaje” son los habitantes de ciudades desarrolladas los que reniegan de estos avances y vuelven a vivir de una forma más primitiva. En las tres películas, en unas más que otras, hay como una base documental  que poco a poco se va convirtiendo en historia narrativa. De hecho, “Este perro mundo” nunca acaba de ser una historia, son pequeñas historias, ni siquiera con un orden, no es más que sucesivas imágenes de cada rincón del mundo y sin abandonar el lenguaje documental.  En “Los dioses deben estar locos” se inicia como documental, terminando y centrándose con una historia y “Bestias del sur salvaje” se intuye una base documental subyacente que se atisba en las explicaciones de la improvisada profesora de la isla, contando entre realidad y ficción el deshielo del polo sur, pero desde un principio hasta el final de la película el peso es la historia es de Hashpuppy,  la niña protagonista. E incluso deja de ser historia para convertirse en sucesivos momentos de ficción. Cuando las personas deciden libremente desprenderse de todo lazo social y abraza la naturaleza como hábitat, me recuerda a la película “Hacia rutas salvajes” del 2007 y como la sociedad “civilizada”, obliga al “desertor” que vuelva a la colmena o a la comunidad establecida. Como referencia la ciencia-ficción de los años 70 nos ofreció una película que narraba este concepto: “La fuga de Logan” (1976). La sociedad futura aislada en ciudades enormes, encerradas en cúpulas, se abstraían con el confort y el ocio de la verdadera naturaleza de nuestro planeta, creyéndose autosuficientes. Otro referente es la película de Peter Weir  “La costa de los mosquitos” (1986), donde una familia guiada por un padre inventor de artilugios de autosuficiencia y supervivencia, convence a su familia a abandonar la vida de la ciudad para establecer la vida en una isla remota.
Hashpuppy, la niña protagonista crea su propio universo, a partir de los mitos y pseudo-historias de la improvisada escuela, al igual que Max cuando crea su propio universo de quimeras en la película “Donde viven los monstruos” (2009). La historia no es más que como alcanza la madurez de una niña que aún necesita a su madre, que aún necesita abrazos y por fin, con la ayuda de todos es capaz de vivir por ella misma en este mundo.

LOS DIOSES DEBEN ESTAR LOCOS, 1980

El preámbulo de esta película, parece el inicio de un buen documental sociológico, pero tiene tanto ironía el texto argumental, que desemboca a una película de comedia, eso sí, manteniendo esa misma voz  en off que la difumina por igual toda la cinta. La sociedad de principios de 1980, es presentada como un mal endémico que nos abstrae de la verdadera razón de nuestra naturaleza humana. Cito textualmente como: “Aquí  se encuentra el hombre civilizado (refiriéndose a la ciudad que presenta la imagen). El hombre civilizado normalmente se niega adaptarse a su medio y prefiere hacer que el medio se adapte a él y así construye ciudades, carreteras, vehículos, maquinarias y establece redes eléctricas para que puedan funcionar los inventos ingeniados por él. Pero, de alguna manera, no supo detenerse a tiempo y cuanto más mejoró el medio para hacer su vida más fácil, lo que consiguió fue convertirla en más difícil. Y sentenció a sus hijos a pasar de 10 a 15 años en la escuela, solo para aprender a sobrevivir en su complejo y azaroso hábitat.  De forma que, el hombre civilizado que se negó a adaptarse a su medio natural, ahora se encuentra que debe adaptarse y readaptarse cada día y cada hora del día, a ese medio que creó”. Aquí, entre otras imágenes ilustrativas de nuestra ciudad, está la del vecino que coge el coche para acercarse a un buzón que hay a escasos 20 metros y depositar una carta para terminar por dar marcha atrás con el vehículo, para de nuevo aparcarlo en el porche de su casa. Ejemplo genial de lo aquejada de nuestra sociedad civilizada y que siempre he guardado en mi memoria este sketch desde que lo vi de joven. Esta reflexión, nos lleva a enlazarla con el argumento de la película anterior “Bestias del sur salvajes”. Los 2 tercios restantes del film “Los dioses deben estar locos” se centra la las vicisitudes que tiene un pueblo africano con el encuentro azaroso de una botella vacía de Coca-Cola.