sábado, 20 de febrero de 2010

EQUILICUÁ TORRE DEL MAR


Descubre con otra mirada inédita este pueblo a través de una monográfica exposición, en la cafetería Royal del Paseo Larios.
A principio de Agosto de 2009 y durante todo el mes, la cafetería Royal del Paseo de Larios, muestra una colección monográfica de óleos y acuarelas con el título: “¡Equilicuá! Torre del Mar” de los rincones e imágenes, concebidas desde la mirada más singular del arte.
Los que hemos vivido aquí desde hace muchos años, nos es difícil ser objetivo a la hora de apreciar el obvio sentimiento que emana de tus familiares, amigos, conciudadanos, entornos y calles donde haces tu cotidiana vida. Es cuando viajas y vives por circunstancias laborales fuera de Torre del Mar, cuando sorprendentemente te fluye ser embajador de tu lugar de origen y de repente te armas de un centenar de fotos y postales ya sean clavadas en tu panel de corcho o del salvapantallas de tu ordenador para enarbolar a tus foráneos amigos, tu singular hábitat donde eres.
Cuando te dedicas a trabajar con la imagen, ya sea plásticamente o como con la fotografía, ocurre también un hecho singular, y es la falta de objetividad la hora de plasmar imágenes de tu pueblo, frente a la ciudad donde estas de prestado. Si bien, en un lugar ajeno, todo te parece exótico para convertir en imágenes, cuando llegas a tu pueblo, pierdes toda esa objetividad ante el conocimiento subjetivo que tienes de tu propio entorno. Es difícil encuadrar y decidir una toma sin que en ella esté impregnada de recuerdos y reminiscencias excesivamente inherentes para ser preciso.
Aun así, surgen colecciones pictóricas como esta; un trabajo de recopilar de manera distinta, una visión nueva de Torre del Mar. De su puesta en escena mas conceptual y una mirada diferente a sus mas inéditas apariencias.
¡Equilicuá! Es la interjección que se exclama cuando se encuentra la solución a un problema o la respuesta acertada a un enigma. Poco a poco, Torre del Mar se deja posar por el dúctil óleo y por la instantánea cámara, dejando de ser un enigma frío de intereses banales, para lucir su intrínseca belleza, en artísticas imágenes.