Leo en el periódico del 13 de Junio de 2011, esta anecdótica noticia: “Desaparecen del museo de la población de Sevagram, en el oeste de la India, los idiosincrásicos anteojos de Mahatma Gandhi”. No sabemos si el interés de esta sustracción es por un valor histórico o simplemente alguien necesitaba unas gafas y la precariedad de la vitrina y su carencia, motivaron el hurto.
Lo que me recuerda que al otro lado del mundo los cubanos se turnan para hacer guardia junto a la estatua de John Lennon en la ciudad de la Habana, para vigilar que no le vuelvan a robar sus gafas de bronce. En este caso es este noble metal el que parece leitmotiv para el pillaje caribeño. La escultura del famoso Beatles, fue impulsada por los músicos cubanos a convertirse en la primera efigie que existía en America latina por lo que en un principio las autoridades definían como: “símbolos de la ideología imperialista de los enemigos de la revolución cubana”. Pero mas tarde sería el mismo Fidel Castro quien se sumaria a inaugurarla en pleno parque de El Vedado, con manifestaciones como “lamento no haber conocido antes a Lennon”.El documental “Suite Habana” de 2003, recoge la realidad de la custodia de la estatua por los ciudadanos de la isla caribeña.
32 años separan las muertes por asesinato de estos dos personajes. Pero lo que me parece curioso es el paralelismo y al mismo tiempo antagonismo de los personajes. Dos hombres de PAZ: Gandhi y Lennon. Dos hombres con unas mismas gafas. Un abogado que se pela al cero y prescinde de toda riqueza. Y un músico humilde que se hace rico dejándose el pelo largo. Un ingles que viaja a la india para nuevas experiencias. Y un hindú que visita a la Reina de Inglaterra a pedir derechos sociales de su pueblo. Dos hombres que reivindican la PAZ de maneras distintas y que le roban sus gafas ya muertos.
Javier Navarta
