miércoles, 22 de agosto de 2012

TODO EL MUNDO ES PROFESIONAL


A la izquierda, la obra original del Ecce Homo, que fué pintado por Elías García Martínez. En el centro, el deterioro causado por la humedad y a la derecha "la restauración" por la espontánea aficionada.

RESUMEN DE LA NOTICIA ACAECIDA ESTE MARTES 22 SE AGOSTO 2012 EN TODOS LOS PERIODICOS NACIONALES

Una vecina octogenaria, muy bien intencionada, decidió por su cuenta y riesgo, este mes de agosto, "restaurar" el fresco de un Ecce Homo que fué pintado por Elías García Martínez a principios del siglo XX y que decora una de las paredes de la Iglesia del Santuario de la Misericordia en el municipio de Borja de Aragón

TODO EL MUNDO ES PROFESIONAL

El caso de este desastre, demuestra el nivel de candidez por parte de esta pobre señora y de “todo vale” en las disciplinas profesionales. Vaya por delante que creo firmemente en la inocencia de esta pobre mujer, mayor y al cuidado de un discapacitado. Ella es víctima de unas “credenciales”, unas “licencias” no escritas pero que se han impuestos en nuestra sociedad de universalizar los oficios y de banalizar disciplinas profesionales. En la entrevista que se le hace después del suceso, ella se defiende diciendo que es pintora y que ha hecho muchas exposiciones, como si eso titulara para ser pintor reconocido, profesional o titulado. Y mucho peor, para ser “restauradora”.
El alumno de academias, ya sean impartidas por aficionados, pintores o licenciados se conforma con realizar un par de obras mas o menos resultonas y creerse ya pintor. Y no te digo nada si ha podido exponer en una sala municipal de su localidad para autobendecirse artista.
La universalización de muchos de los campos artísticos ha generado este síndrome  de aficionado endiosado. Comprarse una buena cámara y disparar a diestro y siniestro ha aumentado el incremento de      los nuevos “fotógrafos” amateurs que compiten sin ruborizarse con grandes profesionales de esta disciplina fotográfica. Alumnos que han aprendido un par de acordes con la guitarra y se han atrevido a saberse un par de temas, (no conformándose con ser un aficionado que puede animar una pequeña fiesta con sus amigos) sino que se autoproclaman el nuevo Paco de Lucia.
Todo esto no importa, cuando esta prepotencia queda en su circulo intimo de amigos, pero es grave cuando Municipios e instituciones banalizan estas disciplinas poniendo o dejando poner talleres amateurs, contratando a aficionados para trabajos profesionales con el pretexto de ahorrarse unos euros o nombrando a cualquiera de su confianza para Concejalias de Cultura. La Cultura y el Patrimonio entonces no solo corren el riesgo de degradarse, sino de desaparecer.

Javier Navarta
Licenciado en Bellas Artes