Hoy vuelvo a ver, después de
tantos años, esa película que siempre deja ese grato recuerdo cuando la contemplé
por vez primera. Y al volverla a ver, confirma lo grande que es el cine y lo
maravillosa que son sus películas. Da igual que se rodara en 1927, como si es
en blanco y negro y además es adorablemente muda. “AMANECER” (Sunrise) de F. W.
Murnau, fue una de las últimas películas
mudas, porque ese mismo año se estrenaría “El Cantor de jazz” la primera película
sonara de la Historia de cine. Paradójicamente, han tenido que pasar más de 80
años para que con las nuevas tecnologías se vuelvan a hacer películas mudas
como “The Artist” (2011) o la producción española “Blancanieves” (2012). Hacer
un comentario de esta película, AMANECER, me resulta muy difícil porque el corazón
se antepone a la razón para escribir algo coherente a los sentimientos que
afloran cuando se visiona sus emotivas imágenes y el estado de gracia con las
interpretaciones de sus personajes. En el apartado técnico, es magistral como
el lenguaje del cine derrocha aquí toda su magia para contarnos esa maravillosa
historia. Por ello. al igual que la película, me he centrado en hacer un panel gráfico,
solo de imágenes y prescindir de construir
una crítica sobre ella. Y además, centrándome en mi escena favorita, el estudio
del fotógrafo, esa guardilla de tejados de cristal, como el primer estudio de
cine de la historia de Star Film de Mélies de 1896. Como bien dijo Alfred
Hitchcock “el verdadero cine, se acabó con
el sonido”.
Javier Navarta
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