domingo, 10 de noviembre de 2013

EL AMANECER DEL CINE

Hoy vuelvo a ver, después de tantos años, esa película que siempre deja ese grato recuerdo cuando la contemplé por vez primera. Y al volverla a ver, confirma lo grande que es el cine y lo maravillosa que son sus películas. Da igual que se rodara en 1927, como si es en blanco y negro y además es adorablemente muda. “AMANECER” (Sunrise) de F. W. Murnau, fue  una de las últimas películas mudas, porque ese mismo año se estrenaría “El Cantor de jazz” la primera película sonara de la Historia de cine. Paradójicamente, han tenido que pasar más de 80 años para que con las nuevas tecnologías se vuelvan a hacer películas mudas como “The Artist” (2011) o la producción española “Blancanieves” (2012). Hacer un comentario de esta película, AMANECER, me resulta muy difícil porque el corazón se antepone a la razón para escribir algo coherente a los sentimientos que afloran cuando se visiona sus emotivas imágenes y el estado de gracia con las interpretaciones de sus personajes. En el apartado técnico, es magistral como el lenguaje del cine derrocha aquí toda su magia para contarnos esa maravillosa historia. Por ello. al igual que la película, me he centrado en hacer un panel gráfico,  solo de imágenes y prescindir de construir una crítica sobre ella. Y además, centrándome en mi escena favorita, el estudio del fotógrafo, esa guardilla de tejados de cristal, como el primer estudio de cine de la historia de Star Film de Mélies de 1896. Como bien dijo Alfred Hitchcock  “el verdadero cine, se acabó con el sonido”.
Javier Navarta


domingo, 13 de octubre de 2013

EL MEJOR FINAL


Vuelvo a repasar aquellos preciosos capítulos que dejaron un buen recuerdo y no hay nada como ver de nuevo la renuncia de Ahsoka en el Consejo Jedi después de haber sido acusada injustamente. Y desde luego, no hay nada como deleitarse por la facturación tan inspirada que tiene ese maravilloso final a las puertas del templo con su maestro Anakin. Es el único capítulo que funde en negro al cerrarse y sobre todo el único capitulo que está acompañada de una orquesta completa en su banda sonora y todo gracias al propio bolsillo del director musical Kevin Kiner.  Hacía tiempo que no veía un final tan bello como este, desde que vi  El Tercer Hombre del director amigo de Orson Welles,  Carol Reed y que todo buen cinéfilo sabe que no era más que un mano a mano amistoso. Como muchos críticos opinan, el Arte de hacer cine ha pasado ahora a la televisión y es en esta, donde pulcras series compiten en calidad con las mejores películas de la historia del cine.


 No es el caso del universo expandido de Star Wars; Georges, no hace más que saber dónde seguir amasando dinero, pero eso no quita que haya sido un  innovador y que la calidad este siempre presente en sus productos, sea creando desde un principio la Industrial Light & Magic o adquiriendo los más sofisticados softwere para estar siempre emergente en las realizaciones de sus obras. De hecho, es una serie relativamente joven y no muy extensa, que ha preferido saber retirarse a tiempo. Pero, es en esta serie, donde se crea una evolución a mejor a medida que los episodios pasan  y no solo argumentalmente sino en su realización artística. Incluso hay un cambio tonal a colores más diluidos en los últimos capítulos, especialmente en la 5º temporada que dan una referencia a dar paso, como si una cortinilla se tratara, a su nueva serie Rebels. Ni Constantino Romero podría imaginar de donde viene tanta amargura del mejor villano del cine de todos los tiempos. Ser un esclavo de niño, en un proscrito planeta llamado Tatooine y pensar que todo mujer bella es un ángel,  inicia en la joven vida de Skywalker un sendero oscuro de desgracias y tormentos que forjaran su alma más profunda, plagada como nadie de midiclorianos. Pero ni la muerte de su madre o  el asesinato de su mujer Padme, ni la abnegación de su mejor amigo Kenobi, supera la perdida de la confianza de su mejor discípula Ahsoka Tano.
Javier Navarta

viernes, 20 de septiembre de 2013

VIAJE A TOKIO, EL ESPACIO VACIO

A finales de los años 60 mi abuela Carmen viajó a Holanda para ayudar a mis tíos que trabajaban allí. De sus dos viajes trajo algunas cosas que heredó con el tiempo mi madre y más tarde  heredé yo. Entre ellas está esta delicada figura de una anciana y una niña japonesa que actualmente preside mi biblioteca. Siempre me he preguntado que representaba  e incluso me preguntaba si estaba accidentalmente  inconclusa o faltaba algo. ¿Le estaba acicalando el pelo? Pero en sus manos no parecía que faltara ningún peine o cinta. ¿Sujetaba un parasol o palio? Pero sus manos cerradas no presentaban ningún orificio o gancho para este añadido supuestamente perdido.

Figura japonesa y a la derecha imagen de la película "Cuentos de Tokio" de 1953.

Un día, mirando listas de las mejores películas de la historia del cine, llamó mi atención el título  “Cuentos de Tokio” (Tokio Story) de 1953, y comprendí  la imagen de mi figura japonesa. La encantadora nuera de los ancianos protagonistas, le hacía a su suegra un masaje en la espalda. Ni que decir tiene que me fascinó la película de este soberbio director, perfeccionista: Yasujiro Ozu (1903-1963). Pero si algo me llegó al alma, fue su tumba, situada en el templo de Enga Kuji en la ciudad de Kamakura. En ella no hay ninguna inscripción de su nombre, ni fecha, ni datos afines a él. Solo un carácter de la escritura japonesa llamado “mu”. “Mu” expresa el vacío, la nada, la ausencia, pero “la nada” como un componente integral que armoniza la naturaleza. En la estética Zen, “mu” se utiliza para designar el espacio vacío que queda entre las flores de los arreglos. En el budismo Zen, en la meditación, una mente en blanco o vacía, es esencial para alcanzar la claridad y hacer que la ideas fluyan. En la arquitectura tradicional japonesa  y en el Bauhaus también,  el espacio como el valor más importante y la delimitación de la líneas como la frontera con las realidades.

Tumba de Yasujiro Ozu 

domingo, 25 de agosto de 2013

LA SOCIEDAD EN TRES PELÍCULAS


Desde pequeño he tenido la suerte de ver cine y estrenos importantes, con asidua frecuencia, en Málaga capital, pero tampoco desmerece las salas que tenía en mi comarca y así tanto en los cines de verano  de Torre del Mar como en los cines de Vélez-Málaga, he visto muchas y buenas películas. Hoy parece que quieren ahorrar luz y que te rompas la crisma antes de que comience la película en la pantalla, con esas salas a oscuras en la tienes que encender el móvil para localizar tu asiento. En el cine más bonito que ha tenido Vélez-Málaga, el cine Lope de Vega, además de amplio y confortable cuidaba muchos detalles que hoy se han perdido. Me acuerdo que después de abrir con la mano que te quedaba libre la pesada  puerta de ojos de buey , pues tu otra mano sujetaba el refresco con las palomitas, apartabas la tupida y gruesa  cortina para ver iluminado el magno espacio de butacas. Pero sobre todo, lo que me parecía muy interesante y acertado era que durante esos minutos de espera te pusieran un hilo musical de bandas sonoras de películas, tales como de los maestros Mancini, Rota, pero muy especialmente  el tema “More (Ti guarderó nel cuore)”. Por aquel entonces no conocía ni el título ni la película a la que pertenecía.

Hace poco, en el 2012, se estrenó la película con 4 nominaciones a los Oscar y un largo etcétera de premios en Festivales internacionales: “Bestias del sur salvaje” y volví a recordar el viejo y precioso tema de Riz Ortolani y Nino Oliveiro para la película documental de 1962 “Mundo Cane”, pues en cierto modo hablaban de esa visión crítica y desencantada de ver la sociedad. Los años han pasado por ella, para unos peor y para otros lustrándola de culto. Cierto que peca de tomas muy cuidadas que hacen comprender su evidente puesta de escena, pero eso es como decir que Velázquez estuvo en la Rendición de Breda para plasmar su obra. Para mí, el resultado es lo que vale y desde luego fue una pica en Flandes en la evolución de los documentales. Este tipo de ejercicio directivo con el documental, tuvo gran influencia en películas que tomando el testigo de analizar la sociedad antropológicamente optan por hacerlo con más humor, como en el film semi-documental de 1980 “Los dioses deben estar locos”.


ESTE  PERRO MUNDO. 1962

Suele ocurrir con este tipo de películas, que se adelantan a su tiempo y muestran una innovación inusual a lo acostumbrado en el publico llano y más cuando es chocante y cruda alguna de sus escenas, que el rechazo inicial lo tenga  ganado. Yo le llamo “el síndrome de apocalypto”. Esta película dirigida por Mel Gibson en el 2006 tiene un mal trago en su primer visionado. Me acuerdo que la deseché por completo de mis intereses cinéfilos por lo mal que lo pasé viéndola por vez primera. Pero fortuitos visionados casuales por la televisión, amortiguaron poco a poco esas  crudas escenas que rozaban el gore y pude contemplar una de las películas con un gran sentido del ritmo y un acercamiento muy original al mundo precolombino y la llegada de los conquistadores a las américas. Ahora vacunado de esas descarnadas escenas, se ha convertido de hecho en una de mis favoritas películas de la que he tenido que descubrir a partir de un segundo y tercer visionado. De hecho, otra película de este australiano director: “La pasión de Cristo”, aun no la he podido ver, ante los comentarios de crudeza que advierten que tienen y  nunca veo el momento de pasar un mal rato para verla. 
Asi, “Este perro mundo”, para un principio de década de los 60, y que aun el planeta político lo veíamos a través de las enciclopedias que teníamos en casa, pues la globalización a la que ya estamos acostumbrado no existía, la retrospectiva de viajar a  lugares recónditos del mundo donde la cultura, folclore y costumbres radicalizaban de extremo a extremo con la nuestra. Aun así, el montaje de esta, que deja mucho que desear, alternaba escenas salvajes con las denominadas “civilizadas”  de nuestra sociedad occidental. La matanza de los cerdos, me recordó mucho una escena de los sacrificios de bueyes en la película de Francis Ford Coppola “Apocalyse Now” de 1977. De hecho, quiero comentar que estos indígenas de Nueva Guinea, no son tan salvajes como lo pintan e incluso se ve claramente por sus adornos fuera de lugar como camisetas deportivas y gafas de sol, que tienen y han tenido contacto con los hombres occidentales ya en aquellos años. Hace poco rodaron un precioso documental de National Geographic en  tres capítulos de producción francesa que se llama “Una tribu en Francia” (Reverse exploration) por el 2009 al 2010 aproximadamente y narra  cómo dos nativos de Papua que no conocen el mundo occidental, son invitados a conocer ciudades y pueblos de Francia con el choque cultural que les supone viajar en avión, en coche o ver la televisión en un hotel por ejemplo.
Documental de National Geographic "Una tribu en Francia" (The Reverse exploration)
 Por último, como colofón final de la película “Este perro mundo” y no por ello desentraño ni desvelo ninguna trama, los guionistas hacen de nuevo del contraste de cultura en las escenas finales. Los nativos pasan sus horas admirando desde las cercas valladas, el despegue y aterrizaje de aviones de un aeropuerto. También el hombre occidental hace de este espectáculo técnico un ocio contemplativo como Ricardo Darín en “Un cuento Chino”(2011). Por ultimo vemos como la tribu construye de ramas, papeles y hojas un avión casi a escala y de cañas y cuerda una precaria torre de control que por la noche la iluminan con antorchas. Hace poco, el preámbulo de la película “Star Trek XII: En la oscuridad”(2013) narra lo que los personajes definen como: ”prohibido intervenir en otras culturas” y como la inevitable casuística, harán de la figura de la nave Enterprise, una iconografía para adorar los indígenas primitivos del remoto planeta.
La escena de arriba de la película: "Star Trek, en la oscuridad"(2013), los nativos de un planeta después de ver la nave Enterprise, la dibujan en el suelo para idolatrarla. En la escena de abajo del documental "Este perro mundo"(1962) Los nativos despues de ver el despegue y el aterrizaje de aviones en el aerpuerto, construyen precariamente maquetas para idolatrarla

BESTIAS DEL SUR SALVAJE. 2012

En este film, vuelve a utilizar el contraste entre lo civilizado y lo salvaje, como modo de conocernos los humanos, como individuos que aun perteneciendo a una sociedad, es nuestro planeta el que nos reclama como suyo. Pero, si en las anteriores, era el mundo civilizado occidental frente a tribus aun primitivas de nuestro planeta, en la película “Bestias del Sur Salvaje” son los habitantes de ciudades desarrolladas los que reniegan de estos avances y vuelven a vivir de una forma más primitiva. En las tres películas, en unas más que otras, hay como una base documental  que poco a poco se va convirtiendo en historia narrativa. De hecho, “Este perro mundo” nunca acaba de ser una historia, son pequeñas historias, ni siquiera con un orden, no es más que sucesivas imágenes de cada rincón del mundo y sin abandonar el lenguaje documental.  En “Los dioses deben estar locos” se inicia como documental, terminando y centrándose con una historia y “Bestias del sur salvaje” se intuye una base documental subyacente que se atisba en las explicaciones de la improvisada profesora de la isla, contando entre realidad y ficción el deshielo del polo sur, pero desde un principio hasta el final de la película el peso es la historia es de Hashpuppy,  la niña protagonista. E incluso deja de ser historia para convertirse en sucesivos momentos de ficción. Cuando las personas deciden libremente desprenderse de todo lazo social y abraza la naturaleza como hábitat, me recuerda a la película “Hacia rutas salvajes” del 2007 y como la sociedad “civilizada”, obliga al “desertor” que vuelva a la colmena o a la comunidad establecida. Como referencia la ciencia-ficción de los años 70 nos ofreció una película que narraba este concepto: “La fuga de Logan” (1976). La sociedad futura aislada en ciudades enormes, encerradas en cúpulas, se abstraían con el confort y el ocio de la verdadera naturaleza de nuestro planeta, creyéndose autosuficientes. Otro referente es la película de Peter Weir  “La costa de los mosquitos” (1986), donde una familia guiada por un padre inventor de artilugios de autosuficiencia y supervivencia, convence a su familia a abandonar la vida de la ciudad para establecer la vida en una isla remota.
Hashpuppy, la niña protagonista crea su propio universo, a partir de los mitos y pseudo-historias de la improvisada escuela, al igual que Max cuando crea su propio universo de quimeras en la película “Donde viven los monstruos” (2009). La historia no es más que como alcanza la madurez de una niña que aún necesita a su madre, que aún necesita abrazos y por fin, con la ayuda de todos es capaz de vivir por ella misma en este mundo.

LOS DIOSES DEBEN ESTAR LOCOS, 1980

El preámbulo de esta película, parece el inicio de un buen documental sociológico, pero tiene tanto ironía el texto argumental, que desemboca a una película de comedia, eso sí, manteniendo esa misma voz  en off que la difumina por igual toda la cinta. La sociedad de principios de 1980, es presentada como un mal endémico que nos abstrae de la verdadera razón de nuestra naturaleza humana. Cito textualmente como: “Aquí  se encuentra el hombre civilizado (refiriéndose a la ciudad que presenta la imagen). El hombre civilizado normalmente se niega adaptarse a su medio y prefiere hacer que el medio se adapte a él y así construye ciudades, carreteras, vehículos, maquinarias y establece redes eléctricas para que puedan funcionar los inventos ingeniados por él. Pero, de alguna manera, no supo detenerse a tiempo y cuanto más mejoró el medio para hacer su vida más fácil, lo que consiguió fue convertirla en más difícil. Y sentenció a sus hijos a pasar de 10 a 15 años en la escuela, solo para aprender a sobrevivir en su complejo y azaroso hábitat.  De forma que, el hombre civilizado que se negó a adaptarse a su medio natural, ahora se encuentra que debe adaptarse y readaptarse cada día y cada hora del día, a ese medio que creó”. Aquí, entre otras imágenes ilustrativas de nuestra ciudad, está la del vecino que coge el coche para acercarse a un buzón que hay a escasos 20 metros y depositar una carta para terminar por dar marcha atrás con el vehículo, para de nuevo aparcarlo en el porche de su casa. Ejemplo genial de lo aquejada de nuestra sociedad civilizada y que siempre he guardado en mi memoria este sketch desde que lo vi de joven. Esta reflexión, nos lleva a enlazarla con el argumento de la película anterior “Bestias del sur salvajes”. Los 2 tercios restantes del film “Los dioses deben estar locos” se centra la las vicisitudes que tiene un pueblo africano con el encuentro azaroso de una botella vacía de Coca-Cola.

viernes, 16 de agosto de 2013

VISIONES DEL FUTURO, GRABADOS DEL PASADO

Orígenes

En la Facultad asistía a las clases de Historia del Cine. La primera mitad de la clase era teoría y la segunda mitad de visionado de una película afín al tema que estábamos dando. Me encantaba estas clases y no perdía apuntes que tomar sobre los orígenes de este arte visual tan reciente en la historia del hombre, apenas poco mas de 100 años desde que los hermanos Lumier encandilaran como atracción de feria este invento que con el tiempo forma parte de nuestro lenguaje y depositario privilegiado de nuestra historia. Desde películas como “Historia de una Nación” de Griffith pasando por el mago ilusionista de Méliès, hasta los surrealistas argumentos de Buñuel, repasamos la Historia del Cine de una forma muy cronológica.

La segunda parte de las clases se visionaba una película a propósito del tema que estuviéramos dando, pero el horario de este optativo visionado era a las 14 horas terminando a las 15,30 horas o más tarde, con lo que ya el comedor universitario o la cafetería estaban cerrando y no podría almorzar. La primera clase a comienzo de curso, con la proyección de El Viaje a la Luna de George Méliés, ayuné en honor a su estreno, pero las demás clases opté por no asistir a los visionados pues lo importante de estos era su ficha técnica y sus comentarios que ya tomaba buena nota en la primera mitad de la clase. También pensaba que podía encontrar la película en la biblioteca o en el videoclub y visionarla tranquilamente en mi casa. Pero pocas encontré en la biblioteca y menos en los videoclubes. Aun así, me hacia cargo que lo importante era la teoría y teniendo el listado filmográfico que nos repartió en fotocopias en clase, algún día me haría con ellas en el futuro.
Una escena de G. Méliés y El Ángel Exterminador de Luis Buñuel

Algunas veces, comenzaba a ver el principio de alguna película para que a los 10 minutos me levantara de mi asiento y me fuera a comer. Otras veces ni la empezaba  para marcharme. Pero me acuerdo que una vez, casi a final de curso, nuestro profesor nos puso “El Ángel Exterminador” de Luis Buñuel que paradójicamente había escuchado de ella sin saber de que trataba y sorprendentemente nunca había visto. Como había leído en algunas críticas de otras películas, el autor de esta, envidiaba a cualquier persona que aun no hubiera visto esta película y yo sin saberlo iba a ser envidiado por muchos cinéfilos que cambiarían su lugar por aquella situación tan privilegiada en la que me encontraba en aquel momento sin saberlo. Evidentemente, desde los primeros minutos de visionado me encontré atrapado en no poder dejar de ver esta película al igual que sus personajes. Cuando encendieron las luces al final, nadie se movió de su asiento y solo yo pregunté de manera irónica a mi profesor si podía marcharme de la clase y nos reímos todo mis compañeros conmigo. Quien conozca esta película entenderá porqué.

La colección

Cuando terminé la carrera, tuve tiempo de ordenar todos los apuntes recopilados durante 5 años y sobre todo de comprar con más comodidad libros de arte que aconsejaban mis profesores y que no pude comprarme y en este caso también las películas que no pude visionar. No tardé en darme cuenta de que la forma precaria de obtener las películas bajadas de Internet no era muy seria para la colección que quería hacer y además en varios visionados que repetía, su baja calidad me daba problemas. Poco a poco, fui encontrando las películas en centros comerciales, videoclubs y tiendas especializadas en formato original. La cuantía se fue aumentando y nuevas estanterías se fueron adquiriendo para abarcar su exponencial crecimiento.
Desde pequeño, teniendo 11 años, ya tenia libros y hasta la fecha había formado una magna biblioteca con los años. Ahora me disponía a crear una digna videoteca poco a poco. El DVD se había establecido ya como un formato relativamente seguro frente al antiguo VHS. Ocupaba menos espacio, su calidad era superior y sobre todo disponía de innumerables títulos.
Otra de las singularidades que ocurrieron cuando terminé la carrera, era de proponerme ver una película de la “Historia del Cine” o clásicos paralelos al género o al director, cada día. Así, durante mas de siete años he adquirido la costumbre de verme una película después de comer, a modo de siesta cinéfila, pudiendo presumir de no solo haberme visto  toda la filmografía recomendada en la clases de Historia de Cine, sino ampliando la filmografía por otras lista y sugerencias de libros especializados de este cinéfilo mundo. Siete años después de empezar mi colección tengo más de 1000 títulos originales y podría estar 3 años viendo una película distinta cada día. Algunas veces pienso que es un ocio pragmático, frente a otros “ocios” como fumar o beber, donde el dinero se esfuma y se diluye al instante, mientras que mis libros y películas los tendré mientras los conserve imperecederos, siempre disfrutable, si puedo conservarlos hasta la vejez, e incluso, podrán heredarlo mis generaciones siguientes.

“La Fortaleza de la Soledad” Donde la información se almacena en cristales de Kryptonita

Por un lado, pienso que dentro de 20 años o más, el DVD será obsoleto y si seguimos evolucionando, en un futuro próximo puede que las películas te la vendan en un exótico pendrive, o si no en cristales de Krypton, donde almacenar toda la información como en la película del conocido superhéroe que tenia su casa en el polo Norte. De hecho, yo guardo aun películas de Súper 8 filmadas por mi padre, que he tenido que reconvertir a formato DVD porque su original proyector ya no funciona. Pero también puede ocurrir una involución o un parón evolutivo y presenciemos como se deja de editar más DVD al mercado.


La crisis

Síntomas de esto, lo encontramos con la crisis que ha hecho descender los espectadores que llenaban las salas de cine. Los videoclubs están quedando pocos y sobreviviendo precariamente y las ventas en las grandes superficies han arrinconado en un par de estanterías, cuando antes utilizaban cuantiosos metros cuadrados y numerosas calles de estantes para exponer los numerosos títulos.



Sin embargo, ante la renovación del aparato de televisión analógico por televisiones de pantallas planas digitales hemos aceptado el cambio sin más. Ahora hay más cadenas y preferimos el caótico zapping. Ver una muestra pasajera de cada uno de las numerosas cadenas. De esta manera hemos ido aceptando una nueva realidad. Consumo rápido, fútil y sucedáneo. Esto no es nuevo,  ya en los años 50, cuando se distribubuyó en España, triunfó una manera desenvuelta de revista con formato de libro que cada mes te seleccionaba libros, artículos, ensayos ofreciéndote una variedad de muchos temas. Hoy sigue publicándose Selecciones Reader´s Digest. Al igual que lo que se tomaba como ensayos serios profundos con áridas pagina con algún que otro gráfico incomprensible en Science o en la revista Nature, se banalizó para un publico mas amplio en revistas mas populares como Muy Interesante o Quo. El libro queda desplazado por revistas superficiales o páginas intrascendentes de Internet y las buenas películas, son sustituidas por programas basura de fácil y rápido  consumo.

Cuando solo existan   las cadenas que emiten de televisión y desaparezca el mercado del vídeo y las salas de cine hayan cerrado por la crisis, el Poder fáctico se hará con el control de la televisión obligándonos a pagar por ella.

El futuro

En un futuro no muy lejano, posiblemente  el poder fáctico gobernante se haga con el control de la televisión y el ocio doméstico. Con ello controlará el consumo, la opinión y el ocio del ciudadano. Para ello, prohibirá las colecciones privadas de películas y se creará unidades de control para vigilar que nadie programe su ocio. Las videotecas privadas estarán prohibidas y al igual que en el film de François Truffaut: "Fahrenheit 451" (1966) donde se prohibía en el futuro poseer libros y bibliotecas, en este caso, se  confiscará y destruirá cualquier atisbo de almacenamiento doméstico de películas, documentales o programas. Ver una película se convertirá en clandestino. Invitar a verla, un amotinador. Prestarla, en un contrabandista. Fomentarla, en un revolucionario.
¿Pero quien ha previsto de hacerse con una colección de videos? Quien lo haya hecho podría ilustrar también nuevas opiniones libres, Crear cine-forums y no depender de la esclavitud impuesta de la televisión. De hecho, otra de las dependencias de este manipulador futuro es que siga habiendo electricidad. Por ello, el poder fáctico se asegura de subyugarnos al prohibir recientemente que nos autoabastezcamos de energía que no sea la que controlan ellos y podamos buscar energías como la solar, que son alternativas fuera de su control.


Escena de la teatralización de Star Wars, en la película “El Imperio del Fuego” (2002)

 Podemos ver en la reciente revisión cinematográfica de “Soy Leyenda”(2007) que después del Apocalipsis queda solo el en la ciudad y se procura de películas de un videoclub abandonado para seguir viendo televisión. En este futuro aun puede el autoabastecerse con generadores de energía, pero en el futuro presentado por la película “El Imperio del Fuego”(2002) la involución les hace retroceder mas precariamente y es digna de contemplar la escena en la suplen la carencia de películas, volviendo al pequeño teatro, con lo que deleitar a los ciudadanos y niños con pequeñas piezas teatralizadas de Star Wars.

Javier Navarta
16 de agosto 2013. 



miércoles, 14 de agosto de 2013

¿VA HA DESAPARECER EL BLU RAY?


Desde que comenzó la crisis, muchas empresas, compañías, industrias o pequeños negocios han desparecidos o empiezan a desaparecer. Es evidente que el sector de la vivienda o inmobiliarias ha sufrido una indiscutible parada de servicio. ¿Quién ve ahora aquellas esbeltas grúas en los horizontes de la ciudad levantando nuevos edificios? O ¿cuantas inmobiliarias quedan después de boom de proliferar locales en cada esquina o calle de tu barrio? De este modo, podemos sondear los negocios que no han podido capear estos nuevos tiempos y entre unos y otros podría parecer que los superfluos los que ya no son pragmáticos o imprescindibles son los que mas han sufrido la criba. Aun así, el español medio tampoco prescinde del todo de ocio innecesario. El desayuno fuera de casa o esa gran reconversión que hemos aceptado todos con la televisión de plasma y que ni decir tiene, de no prescindir de un móvil de última generaron en nuestro bolsillo.

La industria de cine también mantiene un pulso con la crisis y sus salas o multisalas no consiguen llenar el aforo suficiente para su sustento y el cine en casa, tanto el de alquiler en los puntuales videoclubes que quedan (uno o dos por pueblos y uno por cada dos o tres barrios de una gran ciudad…), y como no menos importante, el de comprar en efectivo la película en grandes superficies o tiendas especializadas para uso domestico o como coleccionista de títulos.

No voy a rememorar ahora la archiconocida historia del VHS, Beta y 2000 de los años 80 y me voy a centrar en el actual formato DVD que hoy por hoy y ya establecido globalmente, cuenta con más títulos  que ningún otro formato. La evolución parecía llegar con el nuevo formato de Blu Ray, pero si bien por un lado positivo los nuevos estrenos lo encontrabas editados en Blu Ray, el nuevo reproductor servia también para DVD, sus menús eran mas interactivos y la calidad de imagen superior, por el contrario, no encontrabas antiguos títulos deseados, su precio era mas del doble y sobre todo, tenia y aun se tiene la sensación, de que no termina de despegar y asentarse del todo. Para mas INRI, la crisis le pilla de lleno.

No manejo ninguna estadística, pero si es obvio lo que voy a contar ahora y supongo que, o lo habéis visto o invito a verlo. Desde hace un par de años, que parecía haber un crecimiento de Blu Ray´s  en las estanterías de los videoclubes, ha empezado a parar o menguar. Manteniéndose  aun con fuerza el DVD por un lado, que en realidad vive solo de sus reservas. Hasta hace muy poco, he empezado a ver en los videoclubes algo insólito, como es la venta de segunda mano de Blu Ray que ya no tienen tanta salida como alquiler. En los centros comerciales me acuerdo de la edad dorada de cientos de metros cuadrados y calles repletas de estanterías de DVD y Blu Ray. Hoy en cualquier superficie o Centro Comercial (que no sea Fnac o el Corte Ingles) apenas hay una estantería con manidas y polvorientas películas y para disimular algún que otro  y reciente estreno. Y como síntoma inequívoco de su degradación, ese cesto revuelto de restos de películas en rebaja.

Epílogo

Desde que el hombre tiene uso de razón, ha narrado y contado historias. No hay manera mas didáctica de aprender que no sea con los cuentos ya sea del mas anciano de la tribu, del mas anciano de tus abuelos o como ilustraba sus enseñanzas  hace mas de 2000 años Jesus en forma de parábolas. Necesitamos también compartir en sociedad esas historias y en lo más profundo de nosotros esta marcado el teatro griego como acto cultural de compartir historias. El cine, ya sea como acto social de asistir a una sala con los demás para compartir una historia o como producto doméstico de enriquecer el alma, no creo que vaya a desaparecer, pero si que es evidente que corren malos tiempos para un bello e imprescindible Arte.




miércoles, 13 de febrero de 2013

MEMORIA DE UNA VISITA Y DE UNA MIRADA


Cuando Juan Pablo II visitó Granada, el 5 de noviembre de 1982, yo me encontraba haciendo secundaria en el Instituto “Emilio Muñoz” de la localidad de Cogollos Vega. El instituto, era un antiguo hospital convertido en residencia de estudiantes y aulas de bachillerato. Nuestros monitores habían solicitado tarjetas de visitas para los estudiantes residentes que quisieran asistir al histórico evento. Unos compañeros y yo nos animamos a asistir, y le pedimos las oportunas tarjetas. Me acuerdo, porque aun la conservo, que nos tocó el recinto de la diócesis de Jaén. Supongo que las de Granada y demás diócesis estarían ya completas de aforos.

Mi tarjeta (anverso y reverso) de de invitación de acceso

Efectivamente, la vasta explanada donde se instaló el evento denominada Almanjáyar, era enormes parcelas divididas por diócesis de cada región invitada y por vallas de seguridad que se dividían por vías, por donde pasaría la comitiva. En los edificios circundantes y lejanos a esta gran hectárea llena de multitud de feligreses, se atisbaban cuerpos de la seguridad policial apostados y franqueando sus azoteas. En frente, un escenario se convertía en un prefabricado altar, desde donde su santidad celebraría una misa y un discurso a todos los asistentes.


Explanada de Almanjáyar en Granada con la visita del Papa

No me acuerdo de mis compañeros, porque eran de otros cursos; y no me acuerdo tampoco si eran 4 o 5. Lo que si me acuerdo es que uno de ellos llevaba una bicicleta. Creo que este se nos unió en Granada, porque nosotros bajamos del Instituto lo mas posiblemente haciendo autostop. La cuestión es que una vez que buscamos entre la multitud el sector de la diócesis de Jaén y entramos en ella, ya el Papa homiliaba desde el escenario lejano, y nos pareció que estábamos muy lejos de ver al Santo Padre desde allí. Así que nos movimos, mas bien por la inquietud de uno de ellos por ver aquello como un espectáculo, y haciendo caso omiso de las indicaciones de los voluntarios de organización y el cuerpo de seguridad que vigilaba sobre todo las vallas.

 Vallas que separaba cada diócesis (foto de Enrique Pérez Raya)

Dentro de una multitud relativamente organizada por parcelas de cada diócesis, cuatro o cinco muchachos y uno de ellos llevando de lado una bicicleta, se movían, aparentemente como si buscaran de nuevo su parcela asignada, por entre la multitud. Nuestro compañero líder, no por ser muy devoto, sino por su curiosidad, nos guiaba para ver de cerca al Papa, a las primeras filas de todo aquel feligrés gentío. De hecho, pasamos por los primeros asientos donde estaban las primeras autoridades y pasamos de largo con nuestra mirada viendo de primera mano a menos de 50 metros a Juan Pablo II. Una vez saciada nuestra curiosidad, nos volvimos a una parcela mas atrás para confundirnos con la gente.

Reconstrucción idealizada infográficamente

Hoy, desde una perspectiva mas cauta, pienso en la temeridad que hicimos pasando entre las autoridades VIP de las primeras filas, un grupo de chicos y uno de ellos llevando consigo una bicicleta y también creo con toda seguridad fuimos durante un rato, punto de mira de los policías que vigilaban cualquier anomalía desde las azoteas de los edificios circundantes. Pero tampoco nadie nos llamó la atención y conseguimos ver al Papa de la manera mas privilegiada posible.

Multitud esperando la comitiva papal

Tal como pasamos por la comitiva presidencial, nos volvimos a fundir con el gentío de atrás. Ahora, de nuevo teníamos otro interés: el Santo Padre se marchaba y subía a un vehiculo porque el Papamóvil se había estropeado de su anterior visita a Sevilla para despedirse por entre las parcelas de cada una de las diócesis. Era otra oportunidad de poderlo ver de cerca. Esta vez, ya dentro de cada recinto nos movimos por separado para acercarnos a las vallas para decirle adiós. Yo intenté abrirme paso entre la gente para ponerme en una esquina por donde la comitiva papal daría una curva en su despedida. Conseguí ponerme en primera fila junto a una valla y vi acercarse a Juan Pablo II en su improvisado vehículo oficial. La gente saludaba eufóricamente; yo la verdad solo me quedé mirando. Cuando pasó a mi altura, a 7 metros aproximadamente, Juan Pablo me devolvió la mirada; posiblemente porque era el único que no saludaba entre la muchedumbre. Aquellos segundos en el que nos mirábamos mutuamente, no se me olvidaran nunca.





jueves, 31 de enero de 2013

EL TIEMPO SE HABIA PARADO EN PRIMAVERA

CRITICA DE LA PELÍCULA: UNA CARTA PARA MOMO


Es cierto que el ritmo que imprime Hiroyuki Okiura es de otra cultura distinta a la nuestra. Aunque si que es verdad que han hecho todo lo posible por mimetizarse también a nuestros gustos occidentales. Nuestra narrativa literaria, ya sea desde el italiano Marco a la suiza Heidi, pasando por los galos mosqueperros o los británicos Sherlock Holmes, es sencillamente una estrategia comercial de vender sus productos en nuestros mercados. Hoy ya no, Nobita de Doraemon o el propio Shin-Chan, aun siendo completamente comerciales, nos a ilustrado sobre el urbanismo o las singularidades de los japoneses.  Pero cuando una obra es buena, hable o no de una cultura u otra, trasciende y deja de tener esa etiqueta comercial para brillar con luz propia como arte. Atrás en la historia de los anime, podemos recordar como ejemplo a “La Princesa Mononoke” de 1997 o mas recientemente como ejemplo de ese ritmo tan peculiar japonés “5 centímetros por segundos” de 2007.
Una Carta para Nomo no deja de ser una historia de una familia de Tokio en una geografía japonesa que nos transporta y nos sumerge en sus costumbres y su mundo. Sus delicadas reverencias al saludar, el descalzo de sus sandalias al entrar en casa, las bolitas de arroz, como doblan el futón para hacer sus camas, los ferrys que enlazan una islas con otras, los altares en el aparador o las mandarinas verdes. Por ello, desde el primer fotograma cuando desde el cielo caen tres gotas, consigue sumergirnos en una verdad que se refleja en el cuidado y en lo esmerado de cómo esta facturada la película. No se acomodan en presentarnos una fauna de nuestra mitología europea con ninfas, gnomos y demás hada y almas errantes; nos sorprende con toda una iconografía de dioses duendes del periodo Edo, autóctonos de su país, ¡faltaría mas!. Al final, no sabemos si el tiempo se había parado en primavera, como aquel viejo reloj de pared o si Momo solo quería ver, una vez mas, unas pocas palabras escritas de su padre. Y es ahí, en esos sentimientos, donde oriente y occidente somos iguales y donde nos sentimos identificados aunque todo lo demás nos sea exótico.