viernes, 16 de agosto de 2013

VISIONES DEL FUTURO, GRABADOS DEL PASADO

Orígenes

En la Facultad asistía a las clases de Historia del Cine. La primera mitad de la clase era teoría y la segunda mitad de visionado de una película afín al tema que estábamos dando. Me encantaba estas clases y no perdía apuntes que tomar sobre los orígenes de este arte visual tan reciente en la historia del hombre, apenas poco mas de 100 años desde que los hermanos Lumier encandilaran como atracción de feria este invento que con el tiempo forma parte de nuestro lenguaje y depositario privilegiado de nuestra historia. Desde películas como “Historia de una Nación” de Griffith pasando por el mago ilusionista de Méliès, hasta los surrealistas argumentos de Buñuel, repasamos la Historia del Cine de una forma muy cronológica.

La segunda parte de las clases se visionaba una película a propósito del tema que estuviéramos dando, pero el horario de este optativo visionado era a las 14 horas terminando a las 15,30 horas o más tarde, con lo que ya el comedor universitario o la cafetería estaban cerrando y no podría almorzar. La primera clase a comienzo de curso, con la proyección de El Viaje a la Luna de George Méliés, ayuné en honor a su estreno, pero las demás clases opté por no asistir a los visionados pues lo importante de estos era su ficha técnica y sus comentarios que ya tomaba buena nota en la primera mitad de la clase. También pensaba que podía encontrar la película en la biblioteca o en el videoclub y visionarla tranquilamente en mi casa. Pero pocas encontré en la biblioteca y menos en los videoclubes. Aun así, me hacia cargo que lo importante era la teoría y teniendo el listado filmográfico que nos repartió en fotocopias en clase, algún día me haría con ellas en el futuro.
Una escena de G. Méliés y El Ángel Exterminador de Luis Buñuel

Algunas veces, comenzaba a ver el principio de alguna película para que a los 10 minutos me levantara de mi asiento y me fuera a comer. Otras veces ni la empezaba  para marcharme. Pero me acuerdo que una vez, casi a final de curso, nuestro profesor nos puso “El Ángel Exterminador” de Luis Buñuel que paradójicamente había escuchado de ella sin saber de que trataba y sorprendentemente nunca había visto. Como había leído en algunas críticas de otras películas, el autor de esta, envidiaba a cualquier persona que aun no hubiera visto esta película y yo sin saberlo iba a ser envidiado por muchos cinéfilos que cambiarían su lugar por aquella situación tan privilegiada en la que me encontraba en aquel momento sin saberlo. Evidentemente, desde los primeros minutos de visionado me encontré atrapado en no poder dejar de ver esta película al igual que sus personajes. Cuando encendieron las luces al final, nadie se movió de su asiento y solo yo pregunté de manera irónica a mi profesor si podía marcharme de la clase y nos reímos todo mis compañeros conmigo. Quien conozca esta película entenderá porqué.

La colección

Cuando terminé la carrera, tuve tiempo de ordenar todos los apuntes recopilados durante 5 años y sobre todo de comprar con más comodidad libros de arte que aconsejaban mis profesores y que no pude comprarme y en este caso también las películas que no pude visionar. No tardé en darme cuenta de que la forma precaria de obtener las películas bajadas de Internet no era muy seria para la colección que quería hacer y además en varios visionados que repetía, su baja calidad me daba problemas. Poco a poco, fui encontrando las películas en centros comerciales, videoclubs y tiendas especializadas en formato original. La cuantía se fue aumentando y nuevas estanterías se fueron adquiriendo para abarcar su exponencial crecimiento.
Desde pequeño, teniendo 11 años, ya tenia libros y hasta la fecha había formado una magna biblioteca con los años. Ahora me disponía a crear una digna videoteca poco a poco. El DVD se había establecido ya como un formato relativamente seguro frente al antiguo VHS. Ocupaba menos espacio, su calidad era superior y sobre todo disponía de innumerables títulos.
Otra de las singularidades que ocurrieron cuando terminé la carrera, era de proponerme ver una película de la “Historia del Cine” o clásicos paralelos al género o al director, cada día. Así, durante mas de siete años he adquirido la costumbre de verme una película después de comer, a modo de siesta cinéfila, pudiendo presumir de no solo haberme visto  toda la filmografía recomendada en la clases de Historia de Cine, sino ampliando la filmografía por otras lista y sugerencias de libros especializados de este cinéfilo mundo. Siete años después de empezar mi colección tengo más de 1000 títulos originales y podría estar 3 años viendo una película distinta cada día. Algunas veces pienso que es un ocio pragmático, frente a otros “ocios” como fumar o beber, donde el dinero se esfuma y se diluye al instante, mientras que mis libros y películas los tendré mientras los conserve imperecederos, siempre disfrutable, si puedo conservarlos hasta la vejez, e incluso, podrán heredarlo mis generaciones siguientes.

“La Fortaleza de la Soledad” Donde la información se almacena en cristales de Kryptonita

Por un lado, pienso que dentro de 20 años o más, el DVD será obsoleto y si seguimos evolucionando, en un futuro próximo puede que las películas te la vendan en un exótico pendrive, o si no en cristales de Krypton, donde almacenar toda la información como en la película del conocido superhéroe que tenia su casa en el polo Norte. De hecho, yo guardo aun películas de Súper 8 filmadas por mi padre, que he tenido que reconvertir a formato DVD porque su original proyector ya no funciona. Pero también puede ocurrir una involución o un parón evolutivo y presenciemos como se deja de editar más DVD al mercado.


La crisis

Síntomas de esto, lo encontramos con la crisis que ha hecho descender los espectadores que llenaban las salas de cine. Los videoclubs están quedando pocos y sobreviviendo precariamente y las ventas en las grandes superficies han arrinconado en un par de estanterías, cuando antes utilizaban cuantiosos metros cuadrados y numerosas calles de estantes para exponer los numerosos títulos.



Sin embargo, ante la renovación del aparato de televisión analógico por televisiones de pantallas planas digitales hemos aceptado el cambio sin más. Ahora hay más cadenas y preferimos el caótico zapping. Ver una muestra pasajera de cada uno de las numerosas cadenas. De esta manera hemos ido aceptando una nueva realidad. Consumo rápido, fútil y sucedáneo. Esto no es nuevo,  ya en los años 50, cuando se distribubuyó en España, triunfó una manera desenvuelta de revista con formato de libro que cada mes te seleccionaba libros, artículos, ensayos ofreciéndote una variedad de muchos temas. Hoy sigue publicándose Selecciones Reader´s Digest. Al igual que lo que se tomaba como ensayos serios profundos con áridas pagina con algún que otro gráfico incomprensible en Science o en la revista Nature, se banalizó para un publico mas amplio en revistas mas populares como Muy Interesante o Quo. El libro queda desplazado por revistas superficiales o páginas intrascendentes de Internet y las buenas películas, son sustituidas por programas basura de fácil y rápido  consumo.

Cuando solo existan   las cadenas que emiten de televisión y desaparezca el mercado del vídeo y las salas de cine hayan cerrado por la crisis, el Poder fáctico se hará con el control de la televisión obligándonos a pagar por ella.

El futuro

En un futuro no muy lejano, posiblemente  el poder fáctico gobernante se haga con el control de la televisión y el ocio doméstico. Con ello controlará el consumo, la opinión y el ocio del ciudadano. Para ello, prohibirá las colecciones privadas de películas y se creará unidades de control para vigilar que nadie programe su ocio. Las videotecas privadas estarán prohibidas y al igual que en el film de François Truffaut: "Fahrenheit 451" (1966) donde se prohibía en el futuro poseer libros y bibliotecas, en este caso, se  confiscará y destruirá cualquier atisbo de almacenamiento doméstico de películas, documentales o programas. Ver una película se convertirá en clandestino. Invitar a verla, un amotinador. Prestarla, en un contrabandista. Fomentarla, en un revolucionario.
¿Pero quien ha previsto de hacerse con una colección de videos? Quien lo haya hecho podría ilustrar también nuevas opiniones libres, Crear cine-forums y no depender de la esclavitud impuesta de la televisión. De hecho, otra de las dependencias de este manipulador futuro es que siga habiendo electricidad. Por ello, el poder fáctico se asegura de subyugarnos al prohibir recientemente que nos autoabastezcamos de energía que no sea la que controlan ellos y podamos buscar energías como la solar, que son alternativas fuera de su control.


Escena de la teatralización de Star Wars, en la película “El Imperio del Fuego” (2002)

 Podemos ver en la reciente revisión cinematográfica de “Soy Leyenda”(2007) que después del Apocalipsis queda solo el en la ciudad y se procura de películas de un videoclub abandonado para seguir viendo televisión. En este futuro aun puede el autoabastecerse con generadores de energía, pero en el futuro presentado por la película “El Imperio del Fuego”(2002) la involución les hace retroceder mas precariamente y es digna de contemplar la escena en la suplen la carencia de películas, volviendo al pequeño teatro, con lo que deleitar a los ciudadanos y niños con pequeñas piezas teatralizadas de Star Wars.

Javier Navarta
16 de agosto 2013. 



No hay comentarios: